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Ana Obregón cumple 67 años: Abrimos sus sorprendentes y reveladores diarios íntimos

Recordamos la entrevista en la que la actriz compartió con ¡HOLA! su biografía ‘Así soy yo’


18 de marzo de 2022 - 8:00 CET

Ana Obregón cumple 67 años este viernes, 18 de marzo; y hace diez años, por estas fechas (un 20 de marzo de 2012) nos presentaba en ¡HOLA! su autobiografía:  Así soy yo . A través de un extenso relato, “que no unas memorias”, la actriz desvelaba desde la perspectiva de una “mujer, madre y actriz”, su verdad. La decisión de escribirlo fue sencilla: después de estar más de 30 años escuchando a terceras personas hablar sobre su vida, había llegado su turno de contar, en primera persona, quién es: “contar cómo soy, de dónde vengo, mis luchas, mis sueños, mis logros”. Y así nació un libro de 400 páginas, basado en sus 28 diarios y escrito durante un año en Miami. ¿El objetivo?: “Quitarme este disfraz de lentejuelas que me han puesto, porque me aprieta el alma”.

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Arriba, la portada de ¡HOLA! Abajo, Ana posa en la escalera de su casa con vestido de Manoush Banus Madrid, zapatos de Sam Edelman y anillo Swaroski.

“Cientos de veces he sentido que me arrancaban el corazón para diseccionarlo, analizarlo, juzgarlo y, lo que es peor, dictar posteriormente la más cruel de las sentencias...Pero lo más doloroso de todo ha sido ver el daño que han causado a mi hijo desde que nació; le han robado su infancia en cada foto tomada sin nuestro permiso”, confesaba la actriz. Sin ninguna duda, Ana Obregón es uno de los personajes más queridos del papel couché. Actriz, bióloga, bailarina, presentadora... Pero, ¿quién es realmente Ana ? No tuvo una infancia fácil, ya que a los 13 años empezó a adelgazar y no sabían el motivo... Finalmente le diagnosticaron una especie de tumor en el estómago.

Aun así, nunca perdió la sonrisa. “Anita la fantástica”, es el mote con la que la bautizaron sus hermanos (Celia, Amalia, Javier y Juan Antonio García Obregón), porque siempre fue una niña “muy imaginativa”, que consiguió recuperarse, gracias al pilar fundamental de su vida: sus padres.

“Escribir es una bonita forma de borrar recuerdos de la memoria para dejarlos descansando para siempre en un papel”

Mi madre creció sin el calor de la suya, que, desgraciadamente, murió cuando ella nació... Yo tenía diez años cuando me contó esa historia y fue la primera vez que lloré de pena”, confesaba. El próximo mes de mayo se cumplirá un año de la muerte de Ana Obregón Navarro, la madre de la artista, que falleció a los 95 años. Su padre, el empresario madrileño Antonio García Fernández, cumplió 96 años el pasado 18 de febrero. “Mi padre empezó como labrador y luego se puso a barrer en un supermercado... Después se matriculó en la carrera de Aparejador y consiguió ser el número uno de su promoción”.

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Ana García Obregón junto a su padre Antonio Garcia y su madre, Ana Obregón durante el cumpleaños de esta.

“La princesa que no fui”

En su autobiografía, reveló el nombre de los tres hombres que marcaron su vida: el príncipe  Alberto de Mónaco , Fernando Martín -que falleció en un accidente de coche- y Alessandro Lequio, -padre de su hijo- (aunque también ha sido conocidasu relación con Miguel Bosé, el futbolista Davor Suker, el modelo Darek o Micki Molina).

Su particular cuento de hadas inició en Montecarlo. En la década de los ochenta, la vida de ambos transcurría entre eventos deportivos y cenas de gala, y en una de ellas coincidió con el príncipe de Mónaco. “Nos besamos. Nunca había besado a un príncipe y esperé unos segundos por si el cuento sucedía al revés, como siempre me ocurría en el amor, y este se convertía en rana, pero no, mantuvo su forma humana y sus labios. ¡Menos mal!”. Ana tuvo todas la posibilidades de convertirse en princesa y esa misma noche, mientras sonaban los primeros compases del vals de El Danubio azul, Raniero le sugirió a Alberto que la sacase a bailar y así fue, pero el cuento estaba a punto de terminar.

“Hay solamente una Ana dentro de muchas Anas. Pero la que bailó un vals con el príncipe de ojos azules, heredero al Trono de Montecarlo, es la misma que salió con un stripper, porque, no importa cuántas Anas haya, a mi corazón nunca le importó él “quién eres”, sino el “cómo eres”
© GTRES/CORDON PRESS

A la izquierda, Ana Obregón con Micki Molina. A la derecha, la actriz con el modelo Derek.

En 1986 conocería a Fernando Martín, el jugador de baloncesto del Real Madrid, al que s ha referido “el gran amor de su vida”. Sin duda, su historia de amor fue un flechazo. “Sentí que alguien, por fin, me quería de verdad”, afirmaba la actriz. En su autobiografía reconoció que ambos querían vivir su historia de amor en la más absoluta intimidad, alejados del circo mediático: “Él y yo. No la actriz que inundaba portadas, hacía películas sin parar y figuraba —y bien a mi pesar— en las listas de las más deseadas cada año... No la estrella del baloncesto. Solo Fernando y Ana”. Una historia de amor que duró más de tres años, y que terminó trágicamente, cuando Fernando - con tan solo 27 años-, tuvo un accidente mortal mientras circulaba por la M-30, donde conducía a más velocidad de la permitida.

“Fernando Martín me besó y, al tener sus labios junto a los míos, sentí que besaba la vida y que sus labios serían los últimos que besaría jamás”

En cuanto al padre de su hijo, Alessandro Lequio, la actriz aseguró que, paradójicamente, “el hombre que más daño me había causado me dio lo más importante, a mi hijo”. La historia del conde y la bióloga daría comienzo en la década de 1990, cuando el italiano vino a España por motivos laborales. Durante un evento en la capital, el matrimonio formado por Alessandro y Antonia Dell’Atte , volvería a coinicidir con Ana. “Alessandro era un hombre casado, y una de mis reglas de oro, si no la principal, es la que yo llamo “regla de las jotas”, que dice: “Jamás, jamás, jamás te líes con un hombre casado”. Tras una conversación entre Alessandro y Antonia Dell’ Atte, en el que este le confesó su amor por Ana Obregón, la actriz admitió no tener más dudas: “Jamás sentí que hubiera roto un matrimonio porque esa llamada me convenció de que lo estaba antes de aparecer yo”. Sin embargo, es por todos conocido el polémico divorcio entre Antonia y el italiano, que llegó hasta los platós de televisión.

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Alessandro Lequio y Ana Obregón en un acto.

El colaborador de El programa de Ana Rosa y la presentadora de ¿Qué apostamos? se enamoraron pese a la polémica con la exmujer de Lequio, que tuvo que inmedizar a la actriz por insultarla durante el programa La máquina de la verdad. Años más tarde, ambas protagonizarían una portada en la revista ¡HOLA! firmando la paz. Mientras Antonia Dell’ Atte se dejaba ver en los platós de televisión, Ana y Lequio descubrirían el 28 de octubre de 1991 que iban a ser padres. Un año más tarde, el 23 de junio de 1992 llegaría al mundo Álex Lequio Jr. Sin embargo, una infidelidad por parte del conde destrozaría a Ana, que se enteraría por una amiga - y al día siguiente por la prensa-, de que Lequio se veía con una azafata - llamada Silvia Tinao-, mientras estaba con ella.

“Alessandro levantó el auricular y llamó a Antonia. Le dijo: “Lo siento mucho, pero estoy enamorado de Ana”. Eso fue lo que me conquistó”

“Nuestra separación se convirtió en la peor pesadilla de mi vida. Esa misma noche recogí a mi hijo y me fui a dormir a casa de mis padres, incapaz de enfrentarme a él ni a mi terrible realidad, que en ese momento solo conocíamos Maite y yo, pero que al día siguiente, cosa que yo aún ignoraba, sabría toda España... La portada de una revista había salido esa mañana con el padre de mi hijo abrazando a otra mujer, ambos tan felices y tan sonrientes en un campo de golf”, explicaba la actriz.

Famoso desde la cuna

Pero el golpe más duro con el que tuvo que lidiar la actriz de Ana y los siete fue la muerte de su hijo, Álex Lequio, a la temprana edad de 27 años. Sin duda, el 13 de mayo de 2020 es una fecha que Ana querría olvidar. Cuando la presentadora habló de su hijo en su libro, reconocía la felicidad que le embargó al verle por primera vez. “Cuando vi a mi hijo por primera vez, entendí el significado de la vida y recordé la frase que escribí en mi diario con trece años: “Soy feliz pensando que algún día lo seré”. Sin embargo, el pequeño se convertiría en el objetivo de los paparazzis desde el día de su nacimiento.

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Arriba, Ana con su hijo, Alex, durante unas vacaciones. Abajo, ambos con Alessandro Lequio.

“Le han robado su infancia en cada foto tomada sin nuestro permiso y ha tenido que verse obligado a defenderme en el colegio tras escuchar, reproducidas en boca de los niños, las sentencias sobre mi vida hechas por algunos desalmados en televisión. Y, sobre todo, me han dolido las lágrimas de mi madre cuando me han atacado injustamente”, afirmaba. De hecho, cuando Álex tomó la decidisión de abandonar España y continuar sus estudios en el extranjero les daría un respiro.

“La decisión que tomó Álex de estudiar en una Universidad norteamericana, entre otras cosas, para huir del circo que me rodea, ha sido tan dolorosa para mí como darme cuenta de que todo por lo que he luchado en la vida me ha separado de él”. En ese momento, Ana Obregón se dio cuenta de que estaba viviendo a una velocidad de vértigo, y decidió frenar en seco y aislarse en Miami, donde aprovechó para escribir Así soy yo. Sin duda, la trayectoria profesional y personal de Ana Obregón es imparable y como bien dijo ella hace 10 años, ojalá nunca deje de soñar.

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