Ha conseguido todas las metas que se ha propuesto y puede presumir de haber llevado una vida fabulosa, sin embargo, Elizabeth Hurley no ha tenido suerte en el terreno del corazón y en los últimos años ha lidiado con duros reveses. El último de ellos, hace tan solo unos días cuando se enfrentaba a la repentina muerte de su expareja Shane Warne, con quien llegó a estar prometida. A pesar de haber puesto fin a su relación y a su compromiso en 2013, la modelo y el célebre jugador de cricket australiano siguieron manteniendo una buena relación y prueba de ello, es el mensaje que dejó en sus redes tras conocer la triste noticia: “Siento como si el sol se hubiera escondido detrás de una nube para siempre”.
También dedicó unas palabras a Brooke y Summer, las dos niñas del deportista, a quien felicitó por el Día Internacional de la Mujer: “Dedico este día a dos mujeres hermosas y valientes. Os quiero mucho a las dos y tengo los recuerdos más felices de nuestro tiempo juntas. Vuestro padre os amaba con todo su corazón”.
No sólo ella ha lamentado profundamente su muerte, también su hijo, Damian, de diecinueve años, ha recordado a Warne y lo que significó para él, durante los tres años que estuvo con su madre. “Todavía estoy tratando de entender esto... Fue una figura paterna para mí durante la mayor parte de mis años de formación y fue realmente uno de los mejores hombres que he conocido. Mi corazón esta roto”, escribía el modelo en sus redes sociales. Y es que cuando estuvo con su madre, formaron una bonita familia, como dejaron constancia en las páginas de ¡HOLA!, en las que Elizabeth y Shane hablaron por primera vez de su historia de amor.
Shane Warne, de 52 años, fue hallado sin vida en el hotel en el que se alojaba en Koh Samui, la isla tailandesa a la que había viajado con un grupo de amigos. Según fuentes policiales, la causa fue un ataque al corazón y tanto sus tres hijos, como los aficionados al cricket han llorado la pérdida de esta leyenda del deporte. Pero para Elizabeth y su hijo, este dolor se suma al que vivieron en junio de 2020 cuando Steve Bing, padre de Damian, fallecía inesperadamente.
La repentina muerte del padre de su hijo y una batalla millonaria
Bing, reconocido productor de Hollywood -de largometrajes como Polar Express o Beowulf-, millonario y filántropo, se precipitaba desde el piso 27 de un lujoso edificio en el distrito Century City, en Los Ángeles. Tenía 55 años y según apuntaron varios medios estadounidenses, sufría depresión y decidió quitarse la vida.
Tras su muerte, Damian iba a heredar una fortuna de 210 millones de euros, sin embargo, su abuelo -padre del productor- consiguió arrebatarle la herencia, alegando que nació cuando Steve y Elizabeth habían terminado su relación. Realmente fue así, la modelo y Bing mantuvieron un breve romance y lo dejaron en 2001, poco antes de que ella descubriera que estaba embarazada. El multimillonario entonces negó que fuera hijo suyo, pero Elizabeth luchó para demostrar su verdad y tras un examen de ADN, se confirmó la paternidad.
El escándalo de Hugh Grant y su amarga ruptura
Un drama en el que se vio envuelta tras romper su relación de trece años con el actor Hugh Grant. La ruptura que dio la vuelta al mundo por la sonada infidelidad del protagonista de Cuatro bodas y un funeral, que fue pillado por la policía de Los Ángeles con una prostituta en plena calle. Ese fue el polémico detonante del fin de su relación y a pesar de que nadie podría imaginar que ella consiguiera pasar página y perdonarle, lo hizo, pero no como pareja.
Dejando aún lado el dolor por haberse visto salpicada por un escándalo de esa magnitud, ha sabido mirar hacia delante y dejar seguir siendo muy buena amiga de Hugh, quien años después ha estado a su lado cada vez que ella lo ha necesitado. Sin ir más lejos, fue su apoyo cuando decidió separarse del empresario indio Arun Nayar, el único marido que ha tenido la modelo. Se casaron en 2007 en dos ceremonias, una celebrada en Inglaterra y otra en la India, pero en 2010 su cuento de las mil y una noches llegó a su fin.