“A grandes males, grandes remedios“, ha debido pensar Miguel Bosé, que, en estos dos últimos años, ha ocupado gran parte de los titulares de la prensa del corazón por sus enfrentamientos con quien fuera su pareja durante veintiséis años, Nacho Palau, y sus teorías sobre la Covid, sin olvidar sus problemas con Hacienda. En 2019, el cantante desapareció de la “lista de morosos”, tras abonar la cantidad de 1.869.000 millones de euros, pero no es suficiente, todavía debe dinero. Ahora, parece que el artista ha tomado una drástica medida para llegar a un acuerdo con la Agencia Tributaria.
Según informa Vanitatis, Miguel ha “hipotecado” la fabulosa casa que posee en la exclusiva urbanización de Somosaguas, a las afueras de Madrid, cuyas puertas abrieron para ¡HOLA! hace cuarenta años. Cabe recordar que se trata de una propiedad que debe de guardar muchos de sus buenos recuerdos familiares, ya que fue comprada en 1966 por sus padres, el torero Luis Miguel Dominguín y la legendaria actriz italiana Lucía Bosé, quienes la compartieron hasta poco antes de separarse, un año después.
La residencia es impresionante. Tiene 1.068 metros cuadrados construidos y 10.000 exteriores. Hecha de hormigón y con unos ventanales gigantes que dejan entrar la luz natural, está compuesta de planta baja, en la que se ubican un hall, salón, comedor, cocina, zona de estar, escalera de acceso, aseo, despensa, distribuidor, lavandería, instalaciones, cuarto de frío, cuarto de basuras, depuradora, sauna, gimnasio, piscina y aseo de piscina. La primera planta mide 404 m² y está formada por dos apartamentos independientes con baño propio, una sala de juegos con un cuarto lavamanos, un pasillo distribuido y una escalera de caracol con acceso a la sala de cerámica de la planta inferior. Es decir, no le falta un solo detalle que, al parecer, está valorada en seis millones de euros.
A la imponente edificación, se le hizo una reforma integral, que duró casi un año, entre 2010 y marzo de 2011. Justo un mes después, Miguel anunció la llegada de sus dos primeros hijos, Diego y Tadeo; siete después, llegaron Ivo y Telmo. No cabe duda de que la llegada de los retoños llevaba tiempo esperándose, y Nacho y Miguel quisieron acomodar la casa para su llegada, por lo que acondicionaron dos habitaciones y se hizo específicamente para ellos una sala de juegos. Otro de los indicativos de que ambos construyeron su vida en España, en torno a las paredes de esta casa, es la habilitación de una sala de cerámica, que, sin duda, era para el escultor.
La residencia es impresionante. Tiene 1.068 metros cuadrados construidos y 10.000 exteriores
A pesar de tener una casa completamente hecha a la medida de la familia que estaban formando y a sus gustos y necesidades, en 2014 hicieron las maletas y se fueron a vivir a Panamá, país donde Miguel Bosé nació hace ahora sesenta y dos años. Siempre se ha dicho que se trataba de motivos fiscales, pero el artista jamás explicó las verdaderas razones, aunque sí declaró, en una ocasión, que le parecía un lugar mucho más tranquilo para criar a sus hijos. Fue el presentador de televisión, Jorge Javier Vázquez, el que en el año 2018 contó algunos detalles desconocidos de la vivienda, pues estuvo a punto de convertirse en su inquilino. Con solo cuatro habitaciones y un espectacular jardín, estuvo a punto de firmar, pero, finalmente, no dio el paso. “Él estaba en Panamá viviendo y nos dijeron que nos teníamos que esperar a que él volviera en diciembre. Me gustó mucho la casa. No había ninguna imagen, me la enseñaron y me pasaron la hoja de gastos y todo porque estuvimos a punto de alquilarla”, dijo.
Ahora todo esto forma parte del pasado y la casa de Somosaguas está deshabitada. Nacho Palau vive en Valencia con dos de sus hijos, Telmo e Ivo, y Miguel Bosé se mudó a México el pasado verano con los otros dos, Tadeo y Diego, de diez años. Una situación nada halagüeña y que seguro no esperaban que llegara cuando prepararon con tanto mimo su futuro en Madrid.
Desde hace años, el cantante de éxitos como Amante Bandido o Morenamía vive fuera de España. Primero se instaló en Panamá, su país natal, y, ahora, en México, donde está instalado en otro búnker, alejado de miradas indiscretas en el barrio de Interlomas, donde hay coches de alta gama, casas privilegiadas y absoluto silencio. Allí el cantante apuesta por una vida tranquila, huye de los saraos y está centrado solo en sus hijos, en sus mascotas, Pancho y Max, en la edición italiana de su libro, El hijo del Capitán Trueno , que está a punto de publicar la editorial Rizzoli y en la grabación de su biopic para Netflix, que contará con Boris Izaguirre como uno de sus guionistas. Será una ficción de tres temporadas en las que abordará su infancia, su adolescencia, sus primeros éxitos y los momentos más recordados de su trayectoria. El personaje de Miguel será encarnado por los actores Iván Sánchez y José Pastor, mientras que Paz Vega se meterá en la piel de su madre, Lucía Bosé, y Antonio Banderas en la de Picasso, uno de los artistas que inspiró en sus inicios al propio Bosé en su adolescencia y gran amigo de la familia, con quien pasaban las vacaciones en su casa de la Costa Azul. Suele ser en verano cuando Miguel Bosé vuelve a Somosaguas con sus pequeños, una casa que, por cierto, no está deshabitada, sino ocupada el resto del año por su personal de servicio.