Skip to main contentSkip to footer
maxima y guillermo de holanda© Hola

Máxima y Guillermo de Holanda cumplen 20 años de matrimonio: Así contó ¡HOLA! su boda de cuento de hadas

Él era el heredero al trono, ella no pertenecía a la nobleza ni tenía sangre real; con motivo de su aniversario de bodas, recordamos el enlace que cautivó al mundo entero


2 de febrero de 2022 - 7:49 CET

El 2 de febrero de 2002, Maxima y Guillermo de Holanda se decían ‘sí, quiero’ en la Nieuwe Kerk de Armsterdam, poniendo así el broche de oro a lo que se denominó entonces como ‘un cuento de hadas’. Y es que, efectivamente, la historia de Maxima y Guillermo parecía sacada de un cuento. Él era príncipe de Holanda, ella una desconocida ‘plebeya’ sin sangre real, pero sus caminos se cruzaron una noche en la ciudad de Sevilla y, desde entonces, se han mantenido unidos. Ahora que celebran su 20º aniversario de bodas, repasamos cómo fue aquel día inolvidable, contado por ¡HOLA!.

El matrimonio entre Guillermo de Holanda y Maxima fue un acontecimiento que llenó de júbilo al país entero, y se celebró durante tres días. Comenzando con una cena-baile de gala, acudieron al Palacio Real cerca de 300 invitados, provenientes de diferentes Casas Reales. Carlos de Inglaterra, Noor de Jordania, Carolina de Mónaco o la Reina Sofía de España se encontraban entre los invitados a la velada. Además, aquel día tenía lugar una doble celebración, pues la madre del novio, la Reina Beatriz, cumplía sesenta y cuatro años. La pareja bailó New York, New York, del icónico Frank Sinatra, una canción con un significado muy especial para ellos, ya que, aunque se conocieron en Sevilla, fue en Manhattan donde nació el amor. 

Maxima y Guillermo de Holanda© Hola

 Maxima , por aquel entonces apellidada Zorreguieta, era una chica sencilla de origen argentino, que se estaba labrando una vida como mujer independiente en Nueva York. No pertenecía a la nobleza ni tenía sangre real, pero eso no impidió que Guillermo se fijase en ella, durante una fiesta en Sevilla. No fue amor a primera vista, así lo confesó Maxima: “Al principio no me llamó la atención. Fue después de hablar mucho”.

La historia de amor entre Maxima y Guillermo  ha marcado un antes y un después en la historia de Holanda, debido a que su matrimonio fue el primero en la historia del país entre un príncipe y una mujer sin sangre real, además ha sido la primera reina católica en un país de mayoría protestante.

Tras tres días de celebraciones, Guillermo y Maxima se dieron el ‘sí, quiero’, y así Maxima se convertía en princesa de Orange y Señora de Amsber. Fue un histórico acontecimiento, cubierto por 300 medios de comunicación provenientes de todas partes del mundo, y presenciado por más de 900 millones de espectadores a través de sus televisores.

Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Guillermo y Maxima de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola
Maxima y Guillermo de Holanda© Hola

Para las tres jornadas que duró la celebración, la novia lució dos vestidos, diseñados por el mismísimo Valentino: uno el primer día, durante la cena de gala; y el que llevó en la ceremonia, tanto civil como religiosa. El diseñador solamente tuvo como indicaciones que en sus creaciones se conjugaran solemnidad, elegancia y sobriedad (a esto se unieron los cinco metros de cola que hicieron que se convirtiera en un vestido inolvidable y sumamente majestuoso).

Fueron unos días realmente felices, especialmente para los recién casados, que ponían así el broche de oro a su bonita historia de amor, y comenzaban su camino juntos. En una ocasión, la Reina Beatriz se refirió a Maxima como “la persona ideal para acompañar al futuro rey en sus funciones”. Y así ha sido demostrado a lo largo de estos veinte años de matrimonio, donde ha primado el amor y la complicidad por encima de todo.