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Tenía que ser París, la ciudad en la que Norma Duval triunfó como super vedette del mítico Folie Bèrgere durante tres largos años, y donde protagonizara la primera portada de ¡HOLA!. “Me hizo muchísima ilusión porque, además, era un momento muy bonito e importante de mi vida, como fue mi primera boda, aunque, lógicamente, la primera vez siempre te ilusiona más -nos confiesa casi treinta años después- pero no solo esa, sino todas las portadas que ¡HOLA!, con la que siempre he mantenido una magnífica relación, me ha dedicado a lo largo de todos estos años”. Porque, París, fue el lugar elegido por Norma para casarse con Marc Ostarcevic, padre de sus tres hijos, Marc, Yelko y Christian que nacería años después. La fecha elegida no podía haber sido mejor, febrero de 1992, el año que tanto significó para España por ser el escenario de la Expo de Sevilla y de los Juegos Olímpicos de Barcelona.
© Archivo ¡HOLA!“Era obligado casarme en París” nos repetía la novia, con un modelo blanco crudo de Chloé, un sencillo tocado, una sortija de dos brillante – “uno por cada uno de nuestros hijos”- y pendientes de oro y brillantes. A la ceremonia no faltaron tres de los cuatro hijos del novio, Alejandro, de veinte años; Sabine, de dieciséis, Vanessa, de diez. Tatiana, la hija mayor, que trabajaba como azafata y que no había podido acudir por fuerza mayor, según alegó la compañía aérea para la que trabajaba. No faltaron tampoco los padres ni Carla, la hermana de Norma, así como algunos amigos íntimos de los novios. A las doce de la mañana del lunes diez de febrero, Norma y Marco se sentaban frente al Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Boulogne con el único propósito de salir de allí convertidos en marido y mujer… como así sucedería.
“Me hizo muchísima ilusión porque, además, era un momento muy bonito e importante de mi vida, como fue mi primera boda, aunque, lógicamente, la primera vez siempre te ilusiona más”, nos confiesa Norma casi treinta años después
Los hijos de los novios fueron también, en cierto modo, protagonistas. Corrían de aquí para allá por la sala gastando bromas a los invitados… y hasta a nuestros reporteros. Cuando a Marc le preguntaban “¿quién se casa hoy?”, traviesamente contestaba: “¿Es que no lo sabéis bien vosotros?”. Lo que sí supimos después fue que días antes de la boda le dijo a su hermano: “¿Sabes que papá y mamá se casan el lunes?”
© Archivo ¡HOLA!
© Archivo ¡HOLA!Tras la boda, los novios, a bordo un blanco Rolls-Royce, encabezaron la caravana de coches en dirección al chateaxu O‘Esclimont, a unos 50 kilómetros de París, donde tuvo lugar el banquete nupcial. Precisamente allí, Marc nos contaba: “Hoy hace exactamente nueve años que Norma y yo nos conocimos. Yo había ido a cenar con unos amigos y al salir vi a una mujer maravillosa. Nos habíamos encontrado en el guardarropa”. Por su parte, Norma nos revelaba: “Fue un día especial porque antes de trabajar en el Folies estuve haciendo un reportaje titulado Un día con Norma. Luego, por la noche, fui a un club con los periodistas donde precisamente, al salir, conocí a Marco”.
© Archivo ¡HOLA!
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© Archivo ¡HOLA!El exjugador de baloncesto profesional y, luego manager de Norma hasta su separación, hablaba así de laque acababa de convertirse en su mujer: “Quienes conocen bien a Norma saben que es un ser entrañable. Tiene, efectivamente, mucho carácter , pero su fondo es muy humano y muy comprensivo. Además, lo que más me ha sorprendido de ella es que es una gran madre y que le gustan mucho la casa y la familia. En esto coincide conmigo”.
No tuvieron viaje de novios ya que el trabajo les estaba esperando a la vuelta de la esquina, por lo que volvieron muy rápido a España donde a Norma le estaban esperando proyectos muy importantes. Aunque pensaban que estarían juntos toda la vida, Norma y Marc ponían fin a su matrimonio en septiembre de 2001.
