El sábado 19 de octubre de 2019, Rafa Nadal y Mery Perelló daban un importante paso en su relación al contraer matrimonio, tras más de catorce años de discreto y sólido noviazgo. Lo hacían ante la presencia de unos 250 invitados, entre los que se encontraban familiares, amigos y compañeros, personas a las que quisieron hacer partícipes de esta boda. Un ‘sí, quiero’ que se celebró en la más estricta intimidad, ya que el número uno del tenis y su ya mujer pidieron a los asistentes que confiaran sus teléfonos móviles al personal de seguridad. Sa Fortaleza, un castillo del siglo XVII fortificado e inexpugnable, situado en Pollensa, al norte de Mallorca, fue el escenariode la ceremonia religiosa y la posterior celebración.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Allí pasaron también los novios y sus padres la jornada previa al enlace, mientras que la mayoría de los invitados se alojaron en el hotel Illa d’Or, en el puerto de Pollensa. Desde allí partieron en microbuses varios amigos de la pareja, como los tenistas Feliciano López y su mujer, Sandra Gago; Carlos Moyá con Carolina Cerezuela, Marc López, David Ferrer y su mujer, Marta Tornel —de las pocas invitadas que apostó por la pamela—; el argentino Juan, ‘Pico’, Mónaco y su novia, Diana Arnopoulos; Albert y Carlos Costa, junto a sus respectivas mujeres, Cristina e Icíar; uno de los hombres del equipo de Rafa, Jordi Robert, ‘Tuts’; el entrenador Francis Roig, Ángel Ruiz-Cotorro, responsable de los servicios médicos de la Federación Española de Tenis, y los empresarios Manuel Piñera Gil-Delgado, Francisco de Bergia y Richard Mille —creador del reloj del que no se separa Nadal—, junto a su esposa, Olivia.
Los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía compartieron con los novios, a los que les une una gran amistad, la romántica celebración de su boda
Desde la Academia en Manacor salieron la mayoría de los familiares de los novios, entre ellos, Rafael, Toni y Miguel Ángel, tíos del tenista; también Marilén Nadal, la hermana gemela de Miguel Ángel, con su familia.
De Oviedo a Palma
Como se esperaba, los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía no faltaron a la boda. Sobre las doce y media del mediodía, los padres de Felipe VI llegaron en coche a la fortaleza. La Reina, que asistió la tarde anterior, en el teatro Campoamor, de Oviedo, al debut de su nieta Leonor en los Premios Princesa de Asturias, viajó al día siguiente a Palma para acompañar a los novios.
El tenista vistió un elegante chaqué gris, mientras que la novia eligió un sofisticado diseño de alta costura, con bordados a mano de inspiración ‘art déco’, de Rosa Clará
La ceremonia comenzó con una hora de retraso. Rafa, con chaqué gris de Brunello Cucinelli, llegó unos minutos antes que Mery, que apareció radiante con un vestido de novia muy acorde a su estilo y personalidad. El diseño, una creación de alta costura de Rosa Clará, tenía escote a la caja y manga larga, con el cuerpo realizado en encaje francés de estilo art déco con motivos gráficos y florales, y bordado a mano con micropedrería. La falda, de seda natural y de línea evasé, incorporaba una ligera sobrecola extraíble. Para el pelo optó por dejar su melena suelta y con sus característicos rizos ligeramente semirrecogidos. La madre y la hermana de Rafa, Ana María Parera y Maribel Nadal, así como la madre de Mery, María Pascual, vistieron también diseños de Rosa Clará Cocktail.
Guiños a su tierra
Durante la ceremonia religiosa, que se realizó al aire libre, los novios tuvieron muy presentes sus raíces. De acuerdo con el diario Última hora, la liturgia, oficiada por el padre Bartomeu Català, se desarrolló buena parte en mallorquín, incluido el momento más esperado, el del ‘sí, quiero’, cuando los novios dijeron ‘sí, vull’.
El buen tiempo hizo posible que tanto la ceremonia como el cóctel y el almuerzo posterior se realizaran al aire libre
Después, los guiños a su tierra estuvieron también presentes en el cóctel y en el almuerzo, donde los productos de la zona fueron los protagonistas. El chef Santi Taura fue el encargado del menú principal —canelón clásico de carnes con bechamel de trufa, lubina al papillote con verduritas y ‘no pastel’ de limón—, mientras que Maca de Castro —encargada de la cena de la noche anterior junto con la ayuda de Andrés Moreno, dueño de Sa punta, un restaurante de cocina típica mediterránea, propiedad de la familia Nadal— se encargó del tentempié o resopón que se ofreció durante la fiesta.
Para el baile —amenizado por el artista colombiano Julián Fontalvo, que imita voces emblemáticas de la historia de la música—, la novia lució un segundo vestido, un diseño firmado también por Rosa Clará, con Chantilly francés, de escote halter y gran espalda descubierta. Después, tanto los novios como sus invitados saltaron a la pista para bailar a ritmo de reguetón y disfrutar de una fiesta que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.