Luis y Amina Martínez de Irujo tenían apenas un mes de vida cuando fueron presentados al mundo en las páginas de ¡HOLA! Han pasado veinte años de aquel reportaje en el que Cayetano Martínez de Irujo y su entonces novia, Genoveva Casanova, posaban orgullosos con sus bebés en la finca ‘Las Arroyuelas’, propiedad de la Casa de Alba y situada a cincuenta kilómetros de Sevilla. La imagen fue portada de nuestra revista.
Los mellizos vinieron al mundo en México, la tierra natal de Genoveva, el 25 de julio, y el 4 de septiembre de 2001 protagonizaron su primera sesión fotográfica, plácidamente dormidos, en el regazo de sus felices padres. El embarazo de la guapa mexicana, que había conquistado a uno de los solteros de oro de la aristocracia española, fue una sorpresa para todos y un terremoto en la Casa de Alba. La joven era una gran desconocida, hasta el punto de que aquella sesión de fotos sirvió también para presentarla en sociedad. Por esa razón, el entonces conde de Salvatierra (el ducado de Arjona se lo otorgó su madre en 2013, en reconocimiento a su buena labor al frente de la fundación de la Casa ducal) quiso dejar claro que ser padres fue una decisión “muy pensada y muy firmemente meditada por los dos”.
En la entrevista, Cayetano explicaba que, aunque se conocían “de muy poco tiempo atrás”, había ya “muy buena conexión” entre ellos. “Lo que ha llegado —sus hijos— ni se buscó ni se dejó de buscar, sino que vino así”, añadió el jinete. “Después de un muy sufrido mes que nos llevó tomar nuestra decisión, y puestas todas las posibilidades sobre la mesa, estamos los dos lo suficientemente maduros como para tomar la decisión que hemos tomado”, continuó.
Tras subrayar que habían pasado “ocho meses de mucha presión externa”, Cayetano también habló de cómo había aceptado su madre, la duquesa de Alba, que se convirtiera en padre sin estar casado: “Somos muy parecidos de carácter. Y nos conocemos bien. Por supuesto que aceptó, a pesar de las reservas que pudiera tener, porque no entendía muy bien eso de ser padre soltero, etcétera”.
El jinete desveló que Genoveva y él se conocieron en Jerez, durante el Campeonato de España de Saltos. “En realidad, yo conocía a Denise, la hermana de Genoveva, porque le había estado dando clases en México hace ocho años —aclaró—. El año pasado, Denise vino a Sevilla y me llamó, y allí estaba también Genoveva. Me la presentó, hablamos, nos vimos después en París... y así comenzó todo”.
“Estuve en el parto —contó también—. Fue algo emocionante. Como se iba a practicar una cesárea, me dijeron que podían poner una especie de cortinilla por si yo me impresionaba mucho. Pero yo dije: ‘O todo o nada’. Y vi el nacimiento de mis hijos desde primera línea de batalla. Por cierto, debo decir que Genoveva aguantó con una enorme entereza”.
El resto de la historia es de sobra conocida. Cayetano y Genoveva se casaron cuatro años después, en octubre de 2005, en el Palacio de las Dueñas, y también en octubre, pero de 2007, anunciaron su separación a través de las páginas de ¡HOLA! Desde entonces mantienen una relación cordial por el bien de sus hijos, que incluso tras cumplir 18 años, han preferido mantener un perfil discreto y no ser tan mediáticos como sus famosos padres.
Ante la expectación que generó su mayoría de edad, los mellizos no dudaron en enviar un comunicado a través de sus abogados, pidiendo que se respetara este deseo de privacidad. A día de hoy, Luis, que es jinete como su padre, y Amina han logrado el objetivo deseado de “desarrollar sus vidas fuera de la relevancia pública”, tal y como solicitaron en aquel comunicado.