El príncipe Felipe se confirmó el 15 de enero de 1978 cuando faltaban dos semanas para que celebrara su 10º aniversario.
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Era un momento excepcional. España vivía los primeros años de la Transición, don Juan Carlos y doña Sofía se abrían camino como Reyes y el ahora Soberano defendía desde hacía dos meses el título de Príncipe de Asturias con el que había sido investido oficialmente el 1 de noviembre de 1977.
A diferencia de su Primera Comunión, y por decisión de sus padres, el entonces heredero al trono recibió el Sacramento junto a sus hermanas, las infantas Elena y Cristina, de 15 y 12 años respectivamente.
La ermita que construyeron don Juan Carlos y doña Sofía
La ceremonia se celebró en la ermita de piedra del palacio de la Zarzuela que don Juan Carlos y doña Sofía habían construido en 1965. Una capilla muy pequeña en la que también recibió el bautismo (8 de febrero de 1968) y la Primera Comunión (30 de mayo de 1975).
Monseñor Marcelo González Martín, por entonces Cardenal primado de Toledo, administró el Sacramento al Príncipe y las Infantas y como recogió nuestra revista “… actuaron como padrinos los padres de los niños, don Juan Carlos y doña Sofía. La Reina mantuvo su mano sobre el hombro de sus hijas en el momento en el que recibían las palabras del cardenal y el cariñoso cachete tradicional con el mensaje ‘yo soy el Obispo de Roma, Para que te acuerdes de mí, toma’. Y el rey también acompañó a su hijo, el príncipe de Asturias, manteniendo su mano sobre el hombro de don Felipe”, mientras monseñor realizaba la cruz ritual sobre su frente.
Una ceremonia íntima y una celebración sencilla
La Confirmación de los tres hermanos Borbón fue una ceremonia íntima a la que solo asistió la abuela paterna de los niños, la condesa de Barcelona, y el personal de la Casa del Rey; y la celebración que siguió a continuación, también fue muy sencilla.
“Soy católico practicante. Recibí el sacramento de la Confirmación y lo recibí con mi conformidad”.
Don Felipe llevaba pantalón y jersey azul marino y camisa blanca; y sus hermanas vestían a juego con blusas estampadas con motas que habían estrenado meses antes en Covadonga . Como curiosidad, doña Elena, también se apuntaba tacón bajo con quince años. La misma edad en la que su sobrina, la princesa Leonor, ha empezado a dejar atrás el zapato plano.
Los Reyes de España han estado muy vinculados a la Iglesia Católica desde hace siglos, aunque en una sociedad cada vez más multicultural y más multirreligiosa, el rey, que sigue ostentando el título de Su Majestad Católica desde un punto de vista histórico y simbólico, lo ha de ser de todos los ciudadanos. La Constitución de 1978 así lo establece: “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
De ello, dejó testimonio Felipe VI, 30 años después de recibir el Sacramento, en una entrevista concedida a la agencia EFE con motivo de su cuarenta cumpleaños. “Soy católico practicante. Recibí el sacramento de la Confirmación y lo recibí con mi conformidad. Soy creyente y cumplo los deberes religiosos lo mejor que sé y puedo. Pero insisto en que es necesario respetar a los que tienen otra fe y a los que no tienen ninguna”.