Una semana después del ‘sí, quiero’ de Carlos Fitz-James y Belén Corsini, los Alba volverán a reunirse este fin de semana para otra importante cita: el bautizo de Rosario, la hija de Fernando Fitz-James y Sofía Palazuelo. Un evento que los duques de Huéscar habían planeado para el 11 de octubre de 2020, pero la pandemia (y las restricciones de movilidad que ésta trajo consigo) les obligó a posponer... hasta ahora.
Según adelantaba ¡HOLA! la semana pasada, el matrimonio pudo retomar, finalmente, la celebración, que finalmente tendrá lugar este sábado, 29 de mayo. El marco elegido continúa siendo el que se pensó en un principio, un lugar con mucho significado para la Familia Ducal: la parroquia de San Román, en pleno corazón de Sevilla. El mismo escenario donde, tres décadas atrás, su padre recibió este sacramento. Todo un acontecimiento que congregó tanto a los miembros de la Casa de Alba como a personajes de la crónica social. Desde el recordado Carlos Falcó, marqués de Cubas, y el duque de Feria (padre de Rafael de Medina, quien ostenta hoy este título nobiliario, y su hermano Luis) hasta Naty Abascal, que, como bien citaba la crónica, asistió tan elegante como siempre.
Sevilla, una ciudad especial para los Alba
La inolvidable duquesa de Alba nació en el palacio de Liria, en el centro de Madrid, pero sentía predilección por Sevilla. En cuanto llegaba a la ciudad andaluza se convertía en una sevillana más y allí contaba con un majestuoso enclave que se tornó en su ‘refugio’ cada vez que estaba en la capital hispalense, Las Dueñas . Un palacio cuya historia se remonta a los siglos XV y XVI, pero que no entró a formar parte del patrimonio de la Casa de Alba hasta el siglo XVII.
El bautizo del duque de Huéscar se celebró en la parroquia de San Román, el mismo escenario donde ahora su hija recibirá el sacramento
Desde entonces, este espacio ha sido testigo de importantes acontecimientos e incluso fue el último hogar de Cayetana de Alba, quien entregó Las Dueñas a su nieto Fernando, hijo mayor de su hijo Carlos Fitz-James Stuart, actual duque de Alba. Al igual que su abuela, él también mantiene una conexión especial con este palacio. En la parroquia de San Román (a la que pertenece Las Dueñas) fue bautizado el 23 de octubre de 1990, con casi un mes de vida (nació el 14 de septiembre de ese mismo año), y fue en el palacio donde se celebró posteriormente el acontecimiento.
Resaltaba la crónica de ¡HOLA! que la duquesa de Alba estaba feliz de poder celebrar allí, en el lugar que sirvió durante mucho tiempo de sede a la Hermandad de los Gitanos (a la que estuvo siempre muy vinculada), la ceremonia religiosa. De este modo, aunque ‘el niño más grande de España’, como calificaban a Fernando Fitz-James por aquel entonces (en un claro guiño a todos los títulos que ostentaba Cayetana de Alba), no había podido llegar al mundo en Sevilla, al menos sí recibiría el sacramento.
Si por vía paterna, Sevilla es un lugar especial para el duque de Huéscar, por vía materna, también, ya que su madre, Matilde Solís es sevillana , y, además, cuenta con numerosos amigos allí.
Los Condes de Barcelona, padres del rey Juan Carlos, fueron sus padrinos
Rosario tendrá por padrinos a Blanca Barrera-Cuadra, íntima amiga de Sofía Palazuelo, y a Beltrán Palazuelo, hermano pequeño de la duquesa de Huéscar. Su padre, el futuro duque de Alba, tampoco pudo contar con mejores padrinos. En su caso, los elegidos fueron los padres del rey Juan Carlos, los Condes de Barcelona, que fueron representados en la ceremonia por la propia Cayetana y por el marqués de la Motilla, ambos abuelos del niño.
Los Condes de Barcelona fueron representados en la ceremonia por Cayetana de Alba y el marqués de la Motilla, abuelos del pequeño
El bautizo despertó mucho interés en Sevilla, haciendo que numerosos ciudadanos se acercaran hasta las puertas de la parroquia de San Román, engalanada para la ocasión con margaritas, claveles, rosas y gladiolos, para poder seguir bien de cerca todos los detalles de un acto religioso que congregó a numerosas personalidades. Desde la representantes de la aristocracia de nuestro país, como Carlos Falcó, el recordado marqués de Cubas, o Rafael Medina, duque de Feria, hasta de la política, como fue el caso de José Rodríguez de la Borbolla, expresidente de la Junta de Andalucía, o el entonces alcalde de Sevilla, Manuel del Valle, que regaló al pequeño un precioso broche de oro en representación de la ciudad del Guadalquivir. Nadie se quiso perder este bautizo que fue oficiado por Pedro de Solís Atienza, tío de su madre, Matilde Solís, que también se encargó de concelebrar su boda con el actual duque de Alba.
El mismo faldón que llevará Rosario este sábado
Aquel 23 de octubre de 1990 Sevilla amaneció entre nubes y lluvia fina. Por ello, la flamante madre del protagonista, Matilde Solís, vistió de negro, llevando sobre sus hombros un mantón de color beige claro. La duquesa de Alba, por su parte, lució un tafetán rojizo, mantilla y peineta corta.
El duque de Huéscar vestía el faldón que mañana portará su primogénita, y tal y como resaltó ¡HOLA! en su artículo, recibió el agua bautismal de una jofaina que pertenecía a la Casa de Alba. Durante el tiempo que duró la solemne ceremonia, el bebé permaneció dormido, sorprendiendo gratamente a los allí reunidos, que reseñaron su buen comportamiento a pesar de ser tan pequeño.
Una recepción en Las Dueñas
En la ceremonia también hubo notadas ausencias, como la de los condes de Siruela o Cayetano Martínez de Irujo, que si en la reciente boda de su sobrino Carlos Fitz-James Stuart permaneció en el hospital, en aquel momento se encontraba en Helsinki, participando en una competición hípica donde obtuvo el segundo puesto. Quien sí asistió al bautizo de su sobrino fue una elegante Eugenia Martínez de Irujo, que, citaba el artículo de nuestra revista, ocupó uno de los últimos asientos de la parroquia.
Tras la emotiva ceremonia, los convidados disfrutaron de una recepción en el palacio de Las Dueñas, “la casa en la que más le gustaba vivir a la duquesa de Alba”.
Ahora, treinta años después de aquel encuentro, Cayetana de Alba, que volverá a estar presente y en el recuerdo durante el bautizo de su bisnieta, Rosario, que no sólo lleva su nombre, sino que algún día poseerá el mismo título que ella, el de duquesa de Alba.