La próxima semana se emitirá un nuevo capítulo del documental de Rocío Carrasco y se llegará a uno de los momentos más amargos y difíciles de su vida: el período comprendido entre los años 2012 y 2013, cuando la relación con su hija mayor, Rocío Flores, se deterioró de manera dramática y llegó al punto de romperse definitivamente.
A comienzos de 2013, ¡HOLA! desveló los detalles de una las batallas legales más inesperadas que libró Carrasco contra su exmarido, Antonio David Flores, por la custodia de su primogénita. Tal como publicó la revista en febrero de ese año, Antonio David presentó una demanda de modificación de medidas para obtener en exclusiva la guarda y custodia de Rocío, que entonces ya tenía dieciséis años. Según las fuentes que consultó entonces la revista, el ex guardia civil habría abierto ese proceso a petición de su hija, que en ese momento le habría expresado su deseo de vivir con él.
Hasta entonces, Rocío Carrasco y Antonio David Flores habían compartido la custodia de su hija, de forma que la joven pasaba quince días con cada progenitor. Así había sido durante los últimos diez años. Pero el tema de la custodia era una guerra que venía de lejos. Si bien en 2001 la resolución judicial de su separación concedió la guarda y custodia de sus dos hijos a Rocío, la pareja llegó en 2003 a un acuerdo por el que, a partir de ese momento, los niños pasarían quince días seguidos con cada progenitor.
En ese momento, el caso recordó mucho al que acababan de protagonizar Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, que también se enfrentaron en los juzgados por la custodia de su hija, Tana, a petición de la entonces menor. “Así me lo pidió”, confesó el torero. Sin embargo, el juez falló a favor de la hija de la duquesa de Alba, de forma que la niña siguió viviendo con su madre.
En el caso de Rocío Carrasco y Antonio David, entonces no se sabía que madre e hija había tenido una fuerte discusión el 27 de julio de 2012, un enfrentamiento que marcó un antes y un después en su relación. Entonces tampoco había trascendido públicamente que, el 4 de marzo de 2013, un Juzgado de Menores de Madrid condenó a Rocío Flores por varias faltas contra su propia madre.
La próxima semana, Rocío Carrasco finalmente abordará este capítulo de su vida, quizá el más amargo de todos, y aclarará las circunstancias de aquella batalla legal y el resultado: el fin de su relación y de toda comunicación con sus hijos. Casi una década después de esos hechos, Rocío Carrasco contará su verdad.