Si miras al cielo, acabarás alzando el vuelo”, decía Flaubert. Está claro que hay otras formas de ver la vida, y una muy diferente es dando un paseo por las nubes. No hay una manera mejor de empezar el día que subirse a bordo de un globo aerostático y ver cómo el sol empieza a despuntar mientras el paisaje se despliega bajo los pies. Hacerlo sobre la sierra de Guadarrama tiene el añadido del entorno, un escenario mágico enmarcado por cumbres de más de 2.000 metros de altura, lagunas glaciares, inmensos bosques de pinos, calzadas pisadas durante siglos, pueblos serranos y cientos de senderos para quemar calorías.
La aventura arranca en Villafranca del Castillo poco después del amanecer, el momento de mayor estabilidad atmosférica, y siempre que las condiciones meteorológicas sean favorables. The Balloon Company tiene todo dispuesto en el campo de despegue desde muy temprano. Los pasajeros se reúnen para iniciar (y si lo desean, participar) el montaje e inƒado de los globos. Una vez subidos en la cesta, el piloto –con más de 3.000 horas de vuelo a sus espaldas– da unas pequeñas pautas y ¡voilà! Suavemente, de forma casi mágica, se inicia el despegue y comienza el vuelo. El itinerario dependerá de la dirección y la velocidad del viento, pero siempre se irán buscando las corrientes más favorables. A lo lejos se divisa Peñalara –la montaña más alta de la sierra–, el Alto de Guarramillas, Siete Picos…
Abajo, el perfil del embalse de Valmayor y el Monasterio de El Escorial desfilan ante los ojos. Y en la barquilla, el silencio, solo interrumpido cuando se enciende el quemador que calienta el aire para ayudar al globo a elevarse. Después de una hora por los cielos dejándose llevar, es el momento de comenzar el descenso y prepararse para el aterrizaje, que será tranquilo, sin sobresaltos. El equipo de tierra, que se mantiene en contacto por radio, espera con vehículos todoterreno en el lugar más próximo para trasladar a los pasajeros hasta el punto de partida, donde, una vez plegada la vela, se brinda con una copa de cava y se comparte un pica-pica campestre. Felices tras la experiencia, los pasajeros reciben un diploma acreditativo de su bautismo de vuelo y el recuerdo de la hazaña grabado en un reportaje fotográfico, aunque, incluso sin imágenes, el viaje por las alturas será difícil de olvidar.
NO TE LO PIERDAS
- SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
La escapada por la sierra de Guadarrama continúa visitando San Lorenzo de El Escorial, a media hora de Villafranca del Castillo, y dejándote sorprender en The Oven. Su propuesta es un menú cerrado (65 €) con productos de temporada y una cocina sencilla, sin pretensiones, que se disfruta con música clásica de fondo.
- NAVACERRADA
Siempre hay tiempo para una ruta de senderismo por la sierra, como las que organizan guiadas desde el Box Art Hotel Alpino, donde puedes descansar después de tantas emociones. El aroma de los pinos se cuela en las habitaciones de esta enorme cabaña de montaña que combina diseño, elegancia, arte y sofisticación en medio de la naturaleza. En el interior, la madera armoniza a la perfección con el cristal de sus grandes ventanales por los que entra la luz. Sus diferentes espacios están cuidados al detalle, como la gastronomía de su restaurante Cedro, de la manos del chef Rubén Amro. Para acabar esta escapada, no puede haber lugar mejor.