Según la nota oficial difundida en Toledo, "este hecho constituye un hito en la historia del sector vitivinícola castellano-manchego y español, ya que no existe ningún precedente para este tipo de denominaciones de origen para vinos de calidad". Un auténtico reconocimiento al trabajo duro, la inspiración, el amor por la tierra y la visión de futuro desplegados por Carlos Falcó y Fernández de Córdova durante toda su trayectoria como bodeguero y viticultor.
"La viticultura tradicional -ha dicho Falcó- responde a modelos centenarios y a veces milenarios que tienen en cuenta las características climáticas y de suelo de cada región. Esto sistemas impiden, a veces, como es el caso de la formación en vaso muy frecuente en España y en otros países mediterráneos, el control de la iluminación de racimos y hojas o el del suministro de agua y fertilizantes al viñedo. Por contra, los sistemas de la viticultura moderna se basan en espalderas altas que ofrecen una alta superficie donde acomodar hojas y racimos para lograr una iluminación uniforme de ambos; también incluye sistemas sofisticados de riego y fertilización, como el riego por goteo superficial y subterráneo, el riego alterno".
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Trabajo duro, inspiración y amor a la tierra son los secretos de su éxito.
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