Espai Sucre es un lugar único en toda la geografía culinaria española y, probablemente, también europea. Un restaurante de alta cocina especializado en postres, con alguna excusa salada para que los clientes luego ataquen un menú degustación de hasta siete dulces, cada cual más sorprendente. Justamente al contrario de la mayor parte de los restaurantes, donde el dulce es sólo un complemento.
El chef, mentor y propietario, Jordi Butrón, se fogueó como repostero en algunos de los mejores restaurantes de Barcelona y París –su currículum incluye estancias en las cocinas de Pierre Gagnaire y Jean Luc Figueras– antes de presentar su propia y golosa propuesta, que además de ofrecer tentaciones como el bizcocho de cereales, manzana verde y laurel con queso fresco, incluye una trastienda con escuela de repostería en la que se imparten cursos para profesionales. Atención al moderno diseño del local y a la carta de vinos dulces, muy interesante y ajustada a las especialidades de la casa.
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