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Afortunadamente, la dirección de restauración del singularísimo Casino de Madrid atiende buenas opiniones en lo que respecta a temas gastronómicos. Por ello, desde hace algún tiempo, ha encargado el asesoramiento al laureado chef Ferran Adrià, que a distancia ha construido para esta institución madrileña una excelente propuesta culinaria, aportado formación, experiencia y algunas de sus recetas más famosas.
Pero los consejos de Adrià poco valdrían si no hubiera en la cocina del Casino un chef como Paco Roncero, que ha interpretado bien las directrices, afianzando un estilo propio donde la imaginación y lo creativo pueden convivir perfectamente con el ritmo de vida de una ciudad como Madrid y con las exigencias formales que tiene un lugar como el Casino, centro de encuentro de hombres y mujeres de negocios. Roncero se luce en los aperitivos, como en los langostinos rebozados con salsa romesco o las anchoas a la aceituna negra; en las entradas, como en la ensalada de almejas crudas en salsa verde con alcachofas, y en los platos principales, como el exquisito bogavante al orégano con lentejas. Por lo demás, el marco es inigualable, sobre todo en los meses de calor, cuando se puede cenar en la terraza propiamente dicha, situada entre las plásticas cúpulas del comienzo la calle Alcalá.
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