A espalda del desmontado claustro de Los Jerónimos –que acogerá la polémica ampliación del Museo del Prado– se encuentra uno de los mejores restaurantes de Madrid, un comedor señorial recientemente redecorado que acoge la cocina de autor de un chef joven y talentoso, Andrés Madrigal.
La cocina de Balzac es de querencia mediterránea, una influencia que abarca desde la pasión provenzal por las hierbas hasta la fascinación por los sabores especiados del norte de África, esto último más que evidente en el humus (puré de garbanzos) con marca de la casa, que Madrigal suele servir como aperitivo. El resto del carácter de este restaurante viene dado por la excelencia del producto y una gran técnica culinaria, que luce en platos como la ensalada de verduras y hortalizas tibias con foie gras caramelizado en reducción de Pedro Ximénez o los erizos gratinados con patatas.
La audacia, creatividad y buen hacer de Madrigal al frente de este restaurante no tardarán, sin dudas, en ser reconocidas por las guías internacionales, que aún tienen que confirmar el secreto a voces que recorre el Madrid gourmet: Balzac es uno de los mejores locales de la capital.
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