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Esta dieta se basa en separar los alimentos pertenecientes al grupo de las proteínas y los pertenecientes al grupo de los hidratos de carbono en las distintas comidas del día.
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La pasta (consumida preferentemente al mediodía por tratarse de un producto rico en hidratos de carbono) se podrá mezclar con verduras pero nunca con alimentos proteicos.
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Formulada a principios del siglo XX por los doctores norteamericanos Hay y Shelton, la dieta disociada se basa en el siguiente fundamento: del mismo modo que no todos alimentos están compuestos por los mismos nutrientes, tampoco es igual su proceso digestivo a lo largo del tracto intestinal. Una circunstancia que hace que existan combinaciones ‘buenas’ de alimentos (que producen buenas digestiones y buen aprovechamiento de los nutrientes), y combinaciones ‘malas’ (culpables de no sólo de las malas digestiones, sino de otros procesos patológicos como aerofagia, acidez o estreñimiento).
A partir de estos ‘preceptos’, lo que la dieta disociada propone es separar los alimentos pertenecientes al grupo de las proteínas (carne, pescado, pollo, huevos y queso) y los pertenecientes al grupo de los glúcidos o hidratos de carbono (pan, arroz, pasta, patatas y legumbres) en las principales comidas. Al producirse esta separación en el tiempo (a lo largo del día), se interrumpen los mecanimos funcionales de la digestión y así se impide el aprovechamiento eficaz de los nutrientes. En términos energéticos, este tipo de digestión resulta muy costoso, lo que obliga al organismo a utilizar sus reservas grasas y, por tanto, se consigue adelgazar. Estos son los consejos que la doctora y experta en nutrición Marta Aranzadi propone para sacar el máximo partido a esta dieta:
-Es mejor comer al mediodía los hidratos de carbono, pues tienen un mayor índice de saciedad y evitan la sensación de hambre. -Los hidratos de carbono no se deben mezclar: por ejemplo, si se toma arroz, no se deben tomar patatas. Se pueden hacer comidas de dos platos: por ejemplo, ensalada de endibias y espaguetis con tomate y albahaca o ensalada de berros y arroz con setas, o también se puede hacer un plato único, como una ensalada verde variada con espárragos y patatas cocidas. -Es fundamental no saltarse ninguna comida, pues, aunque de forma separada a lo largo del día se aportan todos los nutrientes necesarios, de otra manera se pueden padecer déficit nutricionales. -Las cenas serán a base de proteínas. Se pueden hacer también en dos platos o uno sólo, como ensalada de pimientos asados con ventresca de bonito o judías verdes con langostinos y huevo duro.
Ejemplo de un día de dieta disociada
Desayuno
Café o té. Dos rebanadas de pan con una cucharada de aceite de oliva.
Media mañana
Dos orejones de albaricoque y nueces.
Comida
-Primer plato: ensalada cruda (no incluir maíz, ni remolacha), que sea variada (lechuga, berros, rúcola, cogollitos, lollo rosso...) aliñada con una cucharada de aceite de oliva, mostaza y cebolla en polvo. -Segundo plato: Elegir un plato de pasta, arroz, patatas o legumbres cocinadas con verduras.
Merienda
Una o dos piezas de fruta: kiwi, naranja, fresas...
Cena
Primer plato: verduras hervidas o salteadas, o sopa/puré de verduras. Se puede utilizar una cucharada de aceite de oliva para su aliño. Segundo plato: elegir entre carne, pescado, pollo o huevos, cocinados de forma sencilla.
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