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Con esta técnica los alimentos conservan todas sus propiedades y sabor, ya que se hacen en su propio jugo.
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Pocas técnicas de cocina presentan tantas ventajas como el papillote: resulta fácil y rápida, por lo que está al alcance de, incluso, los chefs menos experimentados; es ideal para las dietas hipocalóricas, dado el escaso uso de grasas o salsas; facilita la digestión y, además, es un método muy limpio. Pero... ¿en qué consiste exactamente? En realidad el papillote no es más que una técnica que se basa en envolver los alimentos en papel de barba o aluminio (formando un paquete bien cerrado herméticamente), y someterlos a una cocción corta en el horno a una temperatura media. Así, los ingredientes se cuecen en su propio jugo por lo que conservan casi intactos todos los nutrientes y vitamintas.
Algunos consejos y recomendaciones
-Es importante tener en cuenta que, una vez cerrado, el paquete no se puede abrir. Por ello, hay que tener en consideración el tamaño de los ingredientes a cocer para que todos estén en su punto (evitando que unos queden duros y otros pasados). En este sentido, si se trata de comida tierna bastará con hacer trozos pequeños. Si los alimentos son más duros es conveniente sofreírlos ligeramente antes de mezclarlos con el resto de ingredientes.
-El tiempo de cocción puede oscilar entre los 10 y los 30 minutos en la mayoría de las preparaciones. La temperatura ha de ser constante, siendo la más apropiada 180º. Si el envoltorio se hincha completamente es que el papillote está en su punto.
-Los alimentos (carnes, pescados, verduras...) han de ser frescos y deberá asegurarse de que el envoltorio está bien cerrado.
-En cuanto al papel, el más recomendable es el de barba, aunque también se puede usar de estraza o aluminio. También existen bolsas especiales para la cocción capaces de resistir las altas temperaturas.
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