Cocina Ext.

Recetas... más buenas que el pan

Es el alimento más universal que existe. Le contamos sus posibilidades gastronómicas, los tipos más comunes y algunos trucos para su conservación

El pan resulta delicioso como ingrediente principal de las más variadas tostas.


Conservación
-Guárdelo a la temperatura normal de la cocina en un lugar limpio, seco y bien ventilado. Lo ideal es una panera o una alacena.
-El lugar donde se guarde deberá estar siempre limpio. Para ello puede utilizar agua caliente con un poco de jabón todas las semanas. Para evitar el crecimiento de moho, añada al agua de aclarar una cucharada sopera de vinagre.
-El pan que venga envuelto o en bolsas de plástico (por ejemplo, algunos panes de molde o panecillos) conviene guardarlo en su propia bolsa, aunque no demasiado tiempo, dado que el aire no circula bien en ella. Se puede meter en la nevera teniendo en cuenta que dos días de nevera equivalen a cuatro en la panera.

Congelación y descongelación
-El pan se congela muy bien. Para ello envuélvalo en papel de aluminio o de plástico. Ponga una etiqueta o trozo de papel encima con la clase de pan que está en el paquete y la fecha en que lo congeló. El tiempo de conservación congelado es el siguiente: pan de molde, un mes; barras, panecillos, pan payés, etcétera, quince días.

-Para descongelar el pan, déjelo a temperatura ambiente. Hay que tener en cuenta que una vez que se descongelan hay que comerlos en seguida, porque se rancian rápidamente. El pan de molde puede tostarse cuando aún está helado. Si el pan es del día anterior y se quiere devolverle la frescura, se puede rociar con unas gotitas de agua y luego envolver en papel de aluminio y meter al horno muy caliente unos diez minutos. Se saca y cuando se ha enfriado estará listo para comer, pero acuérdese que esta frescura durará poco tiempo y que conviene consumirlo cuanto antes.