Cocina Ext.

Lo que no debe faltar en un desayuno equilibrado

Esta importantísima comida debe suponer entre el 20 y el 25 por ciento de las calorías ingeridas a lo largo del día

Un desayuno completo es el primer paso para empezar el día con buen pie.

Para los niños esta comida es, si cabe, más importante, ya que de ella dependerá en parte su rendimiento académico en las aulas.


Falta de concentración, decaimiento, mal humor... son sólo algunas de las consecuencias que se derivan de un desayuno pobre o, tal y como ocurre en muchos casos, inexistente. Y es que, a pesar de pasar 8 ó 10 horas de ayuno, hay ocasiones en las que las prisas y el acelerado ritmo de vida hacen que prescindamos de esta comida de vital importancia para nuestro organismo. De esta forma, en lugar de empezar el día con la energía necesaria y las pilas bien cargadas, tan sólo conseguiremos un desequilibrio de los hábitos alimenticios y, en consecuencia, de nuestro estado nutricional.

Y si no saltarse el desayuno debería ser norma obligatoria para los adultos, esta regla alimenticia cobra más importancia si cabe en el caso de niños. Y esto que parece tan obvio no lo es tanto a tenor de los resultados vertidos por algunos estudios recientes (entre ellos uno realizado por la firma de cereales Kellogg´s) que aseguran que en Europa millones de niños acuden al colegio sin desayunar. Una situación que condiciona su aprendizaje y su rendimiento en las aulas.

Además, el hecho de desayunar y repartir las calorías durante el día en 4 ó 5 comidas ayudará a que no se sobrecargue ninguna de ellas, lo que contribuye también a no picar entre horas alimentos menos saludables como snacks, golosinas, bollería, etc.

Todas estas razones hacen del desayuno una de las comidas más importantes, por lo que debemos conseguir que sea equilibrado y que suponga entre el 20 y el 25 por ciento de la calorías ingeridas a lo largo de toda la jornada. Para ello, no deberá faltar en su mesa:

Cereales: pan, tostadas, galletas..., que aportarán hidratos de carbono al organismo.
Fruta: entera o en zumo, aporta vitaminas, minerales y fribra. Además, sus antioxidantes nos ayudarán a luchar contra los radicales libres que provocan el envejecimiento.
Lácteos: leche, yogur, cuajada, requesón...que ayudarán a cubrir nuestra dosis necesaria de calcio.

A parte de estos, también se pueden incluir otros alimentos como derivados cárnicos (jamón cocido, fiambres poco grasos como el de pollo o pavo) o dulces (miel, mermelada, azúcar...) pero, eso sí, en cantidades moderadas.