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Las barritas pueden sustituir una cocmida al día en una dieta equilibrada durante no más de cinco semanas y bajo supervisión médica.
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El deseo por alcanzar una bonita figura hace que muchas veces se comentan verdaderas locuras a la hora de intentar perder peso. Entre ellas, una de las más graves y frecuentes la encontramos en el mal uso de los llamados ‘productos adelgazantes’ (barritas, batidos, galletas...) que desde hace unos años invaden, tentadores, los supermercados, farmacias o herboristerías.
Qué duda cabe, que estos preparados cuentan con una serie de ventajas para el consumidor: por un lado, su aporte de fibra proporciona un alto nivel de saciedad por lo que evitan el picoteo continuo, además de mejorar el tránsito intestinal. Por otro lado, con una dieta hipocalórica al uso puede producirse un déficit de vitaminas y minerales mientras que dichos productos contienen los nutrientes necesarios para el organismo.
Sin embargo, el problema llega cuando, en lugar de funcionar como un recurso o una alternativa puntual, su consumo se convierte en un hábito. A continuación le ofrecemos algunos consejos para su correcta utilización:
-Las barritas podrán sustituir alguna de las comidas, siempre bajo supervisión médica y nunca durante un período superior a cuatro o cinco semanas.
-Pueden ayudar a contrarrestar los efectos de las comidas muy copiosas. Por ejemplo, si un día ‘se da un atracón’, puede cenar un par de barritas con dos vasos de agua.
-En un momento dado, también son un recurso para una comida rápida. Eso sí, los días que se toma una barrita o similar, lo aconsejable es consumir productos frescos en la otra comida principal.
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