Cocina Ext.

¿Cómo es la dieta de un deportista?

El régimen alimenticio de un atleta resulta determinante para su rendimiento ‘a pie de pista’

Si el peso es el adecuado pero se desea practicar actividades deportivas, la ingesta de calorías deberá ser mayor.

Alimentos como el pan, la pasta o el arroz son indispensables en la dieta de un deportista.

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Que la alimentación de un deportista debe diferir de la de quien no practica ejercicio físico alguno es algo que ya conocían a la perfección los griegos hace muchos siglos. Y es que parece evidente que al producirse un desgaste extra, el organismo recibe una demanda también extra de calorías y otros nutrientes capaces de ayudarnos a ‘engrasar la maquinaria’ y mantenerla en perfectas condiciones.

Así, los atletas que estos días compiten en Atenas llevan a rajatabla sus regímenes alimenticios para dar el máximo en sus respectivas pruebas. Sin embargo, no hace falta ser un deportista de elite para llevar una dieta especial. Debe saber que si usted practica, al menos, una hora de ejercicio al día, ya se puede considerar un deportista. A continuación le detallamos los alimentos más recomendables:

GLÚCIDOS:
Son los carburantes indispensables. Los glúcidos, en general, deben representar un 60% de la ración cotidiana, pero pueden alcanzar unos porcentajes mayores. Los podemos encontrar en las pastas y la sémola, también en las patatas, el arroz y el pan. Cuando el deportista reduzca o deje de practicar deporte deberá aligerar su ración calórica.

PROTEÍNAS:
Son el material de soporte del músculo. El sistema muscular del deportista está sometido a duras pruebas por múltiples microtraumatismos y debe restaurarse permanentemente, lo que agranda la necesidad de proteínas. Ésta puede satisfacerse con una ración abundante de legumbres, que contienen gran cantidad de proteínas.

LÍPIDOS:
Tras esfuerzos prolongados, el organismo tira de sus reservas de grasa. Por ello, el aporte de lípidos debe ser de un 25% de la ración energética total.

EL ALCOHOL:
Queda terminantemente prohibido en períodos de competición. Fuera de estos ciclos se puede beber un máximo de dos vasos al día.

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