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Dar golpecitos con los dedos le ayudará a elegir una buena sandía. Si suena a hueco estará en perfectas condiciones.
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De todos los frutos que se recolectan, la sandía es de los más grandes. Por su tamaño, puede alcanzar un peso de hasta 15 kilogramos, aunque las que se comercializan suelen pesar entre ocho y diez kilos. Su cáscara es lisa, dura y muy gruesa, pero un simple golpe puede hacer que se estropee en su interior. La pulpa varía dependiendo de la especie, la gama de colores suele ser entre los rosas hasta los anaranjados. Pero lo más importante de todo, contiene prácticamente un 90% de agua.
En los días de más calor, tomar unas rodajas de sandía se convierte en casi una necesidad. De hecho, en algunas regiones de África, la toman como un sustituto del agua en las épocas de sequía. Y es que esta rica fruta podrá apagar su sed en los días más soleados y, además, le aportará muchas vitaminas.
Al contrario que el melón, la sandía no se presta mucho a realizar platos con ella. Sin embargo, le ofrecemos una serie de recetas con las que podrá transformar este sano postre.
Recetas:
Cesto de bolitas de sandía
Jalea de sandía
Sandía rellena de fruto
Sandía y melón al cava
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