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Una de las posibilidades culinarias más comunes del pimiento es rellenarlo de carne o pescado, tal y como observamos en esta receta de 'pimientos rellenos de merluza' que vemos en la imagen.
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Cuando pensamos en alimentos ricos en vitamina C es probable que lo primero que nos venga a la cabeza sean productos como la naranja, el limón... sin embargo, ¿sabía que los pimientos triplican a los cítricos en contenido de esta vitamina? Es sólo una de sus muchas virtudes: son ricos en fibra vegetal (por lo que ayudan a regular el tránsito intestinal), en sustancias minerales y, además, tienen pocas calorías por lo que, según cómo se cocinen, pueden formar parte sin problemas de las dietas de adelgazamiento. Todo ello sin olvidar el exquisito sabor de este alimento de origen americano y sus casi infinitas posibilidades culinarias (asados, fritos, rellenos, en ensalada, como guarnición...), que se multiplican gracias a sus numerosas variedades tanto dulces como picantes. Así, hay quien prefiere los pimientos navarros ‘del piquillo’, los gallegos de Padrón, los populares pimientos ‘morrones’, etc.
Algunos trucos y consejos
A la hora de elegirlos tenga en cuenta que la piel de los pimientos debe estar tersa y brillante, sin manchas y con un color bien acentuado. Calcule unos 250 gramos por persona.
Para pelarlos cómodamente, métalos en el horno caliente unos diez minutos, dándoles la vuelta. Así conseguirá que su piel se despegue fácilmente.
Otro método consiste en pasarlos directamente por la llama y una vez asados envolverlos en un paño o en papel de periódico hasta que se enfríen, así se quitará su piel sin dificultad.
Se congelan perfectamente, pero pueden dar olor a los alimentos cercanos, por lo que conviene meterlos en un recipiente cerrado o en bolsas especiales para congelar cerradas.
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