Cocina Ext.

Guerra abierta a la comida basura en Londres

El Gobierno de Tony Blair planea gravar con el 17,5 por ciento de IVA los alimentos muy dulces o grasos

La 'comida basura' es responsable, en parte, de la epidemia de obesidad que padece el Reino Unido.

La pizza es uno de los alimentos de la 'lista negra' elaborada por el Comité.


Hamburguesas, pizzas, patatas fritas, quesos, mantequillas, pasteles... Son los alimentos favoritos de la mayoría de los británicos, quienes, en un futuro no muy lejano, podrían ver cómo esos sabrosos pero perjudiciales ‘bocados’ son sancionados con un nuevo impuesto. Y es que los datos son realmente alarmantes; en la actualidad unas 30.000 personas mueren anualmente en el Reino Unido a causa de infartos, diabetes y embolias, enfermedades todas ellas directamente relacionadas con la obesidad. Y lo peor es que no parece que el problema vaya a menos sino todo lo contrario; según las autoridades sanitarias del país, si no se pone remedio y se logran cambiar los hábitos de alimentación, un tercio de los adultos británicos serán obesos para el año 2020.

Ante estas cifras tan preocupantes, un Comité de asesores del primer ministro Tony Blair, (denominado ‘Strategy Unit’), está considerando la imposición del 17,5 por ciento de IVA a los denominados ‘alimentos basura’, responsables en parte de esta epidemia de obesidad que vive la población.

Los miembros del Comité, aseguran que la medida, aunque impopular, supondrá una “señal de alerta” tanto para los productores como para los consumidores. Sin embargo, la implantación de este nuevo gravamen no es la única ‘acción’ que el grupo de asesores planea para meter en cintura a los británicos.

Incitar a los ciudadanos a hacer deporte a través de una campaña nacional de concienciación, introducir en las escuelas enseñanzas sobre cómo llevar una vida sana, o cambiar el etiquetado de los alimentos perniciosos son algunas de las iniciativas previstas en el documento titulado ‘Responsabilidad personal y cambio de comportamiento’.

Iniciativas de las que, por cierto, no sólo están necesitados los ciudadanos británicos. El problema de la obesidad se ha convertido en una grave preocupación en muchos países occidentales, tal vez como herencia de la sociedad norteamericana. Sólo en España el 52 por ciento de la población padece sobrepeso, según la Sociedad Europea para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Unas estadísticas cada vez más inquietantes que las autoridades políticas no debieran perder de vista.