Es uno de los alimentos más antiguos y con más posibilidades gastronómicas de cuantos existen en nuestros mercados. Y es que este cereal universal es, además de una fuente inmejorable de hidratos de carbono, el ingrediente protagonista de infinidad de recetas, entre ellas, la celebérrima paella, los risottos italianos, el arroz negro, el arroz a banda... Pero además de platos salados, este alimento, versátil como pocos, funciona a las mil maravillas como producto estrella para gran diversidad de postres: desde el clásico y exquisito arroz con leche hasta otras recetas tal vez menos populares pero igualmente sabrosas. Estos son sólo algunos ejemplos:
|