Su nombre es conocido alrededor del globo terráqueo por varias razones, pero quizá la que tiene más peso ha sido su importantísima aportación a la industria de la moda. Una acción que una joven Diana de Gales comenzó a hacer tímidamente y casi sin ser consciente de ello, al entrar a formar parte de la Casa Real Británica. Con el paso de los años, al casarse con el que es el actual rey de Inglaterra, Carlos III, y tras alcanzar el título de 'princesa del pueblo' se refugió en el poder de la ropa para transmitir mensajes en cada una de sus salidas. Un potente gesto que hoy siguen marcando el rumbo, pero... ¿por qué? Sigue leyendo para descubrirlo.
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Icono de moda
A raíz del estreno de la última temporada de la serie The Crown, disponible en la plataforma de Netflix, hemos sido testigos de cómo su armario parece estar protegido por una cápsula del tiempo. Todo lo que lucía, tanto en sus viajes internacionales enfundada en diseños de Alta Costura, como para asistir a partidos de polo en los alrededores de Londres con looks más casuales, continúa llevándose a día de hoy. Pero he aquí la gran cuestión: ¿realmente es tendencia? ¿Qué influencia tiene tras haberse despedido hace más de dos décadas?
Looks inolvidables
A lo largo de su vida pública tuvo la gran suerte de lucir piezas únicas con las que marcó un antes y un después. Como por ejemplo el conocidísimo vestido de la venganza que llevó cuando por aquel entonces su marido, el príncipe, confesara en televisión que sí le había sido infiel con Camilla Cornualles. Ahora, estos atuendos cargados de belleza y gran significado histórico que se viralizaron en los años noventa, forman parte de las vitrinas de los museos, e incluso se subastan por millones de euros considerándolos objetos de culto.
Evolución mediática
Pero es cierto que aquella chica rubia de origen aristocrático -que ahora tendría 62 años-, no llegó a las puertas del palacio de Buckingham derrochando el glamour que ahora le caracteriza. De ser una veinteañera con poca experiencia ante los medios y lo que se refiere a la moda (solía combinar prendas anchas que no estilizaban su figura), se convirtió en todo un icono mundial al que hoy continuamos alabando. Ella es el perfecto ejemplo de cómo es posible una impecable evolución de estilo, ¡y está documentado!
Una mujer revolucionaria
Diana ha consolidado un estilo que se rinde al binomio entre la estética clásica y la chic. A finales de los años ochenta y principios de los noventa hizo de los trajes de chaqueta con falda su mejor aliado para cualquier salida oficial. Los llevaba de todos los colores y cortes pero con un detalle en común: se afinaban a la cintura. Como seguramente sabrás, la realeza debe ser fiel a unas normas de protocolo, pero ella fue la precursora de adaptarlas no solo a su visión personal, también a su figura. Fue una revolucionaria muy FASHION, pero no todo el mundo aceptaba estos pequeños cambios que estaba instaurando.
Una táctica viral
Es cierto que la historia (y los problemas) que rodeaban su figura pública, le ayudó a alcanzar este estatus tan exclusivo, pues allá a donde fuera se convertía en la protagonista central de la trama. Su agudo sentido por la estética fue imprescindible, y como mencionábamos al comienzo, hacía uso de la ropa para lanzar mensajes indirectos (y algunos más directos), no solo a los medios de comunicación, también al pueblo y a su familia política. ¡Una táctica que en la actualidad se ha viralizado!
Las últimas tendencias
Si el concepto de influencer hubiese existido en aquella época, no nos cabe duda de que Lady Di habría sido una de las más potentes. Y es que en el vestidor de la princesa no solo se colaban las últimas tendencias -maxihombreras, zapatos destalonados, lunares, looks de sport...-, sino también algunos de los diseñadores más importantes. Chanel, Dior, Versace, Ferragamo, David Emanuel (autor de su vestido de novia), Catherine Walker... Sin necesidad de redes sociales, lograba influir casi tanto o más que las creadoras de contenido de moda más seguidas de la actualidad.
Actualizó los códigos de estilo
La que fue la mujer más fotografiada de su época, tenía muy presentes las indicaciones de vestimenta a las que debía ceñirse mientras formaba parte de la Corona. Pero eso no le impidió cambiar sutilmente las normas, gracias al carácter revolucionario que adquiría a medida que ganaba confianza en sí misma. El color negro, hasta entonces reservado en la Familia Real para nomentos de duelo, se convirtió en protagonista de exquisitas elecciones en el armario de noche de Diana de Gales. Ejemplo de ello fue este sensual vestido con tirantes joya que llevó en 1991.
Complementos atemporales
No solo las prendas que formaban sus recordados conjuntos suponían un referente, también lo eran los accesorios con los que acompañaba sus elecciones. Y es que a día de hoy, las firmas siguen contando en sus propuestas actuales con bolsos que la princesa llevó, y no solo eso, sino que se han convertido en modelos icónicos deseados por mujeres de todas las edades, incluidas las más jóvenes. Como es el caso del minibolso Lady de Dior, uno de los más populares en la actualidad que la maison continúa vendiendo.
Como las 'celebrities' hoy en día, también contaba con una estilista
Su nombre era Anna Harvey (falleció en 2018) y antes de trabajar como su asesora de imagen, lo hacía como editora de moda. Ella compró a la que por entonces iba a ser princesa -se conocieron antes de anunciar su compromiso real- sus primeros Manolo Blahnik. Durante casi dos décadas fue su estilista y su aliada, pues cuando a Diana le llovían críticas por sus elecciones "inapropiadas", lejos de amedrentarse, lograba empoderarse todavía más, con el apoyo incondicional de su consejera.
La confianza en sí misma, clave en su éxito
Cuando en 1983 estrenó en Australia este vestido joya, introduciendo por segunda vez el corte asimétrico en su vestidor (lo hizo en 1982 con un modelo menos ceñido), la princesa tuvo que capear comentarios negativos, que calificaban su apuesta como un exceso de atrevimiento. Confiando en su instinto, continuó llevando este tipo de piezas en galas de noche, repitiendo la misma dos años después en Washington. Un tipo de corte que a día de hoy continúa siendo tendencia entre las propuestas de invitadas, por no hablar de aquellos salones plateados con los que lo acompañaba, que experimentan su regreso en 2023.
Influencia eterna
Cuando nos preguntamos por qué sus looks siguen triunfando 30 años después, puede que la razón no resida exclusivamente en la fama de la figura de Lady Di o en sus vanguardistas apuestas de estilo. También a través de la moda se autoreafirmaba y se rebelaba, se expresaba, intentaba romper moldes. Y sobre todo, evolucionaba, dejando atrás a aquella chica insegura y oprimida, encontrando su propia voz. Elementos que crean unión, con los que muchos buscan identificarse. Por eso sus looks no pasarán de moda.