Cuando una estrella de la industria del cine y de la moda como Audrey Hepburn es la protagonista de una película, el éxito está asegurado en al menos uno de sus ámbitos: el de la elegancia. Hoy hace 56 años que llegó a los cines Cómo robar un millón y..., dirigida por el francés William Wyler y donde compartió escena con el irlandés Peter O'Toole. A lo largo de su ascenso a la cima cinematográfica, la belga tuvo a un fiel acompañante a su lado: Hubert de Givenchy. Desde que entablaron amistad y negocios en 1953 con su visita al taller situado en el número 8 de la rue Alfred de Vigny de París para que le hiciera el vestuario de Sabrina, la actriz aparecería en numerosas de sus películas ataviada con diseños de ensueño y exclusivos creados para ella, como el vestido negro de Desayuno con Diamantes que elaboró junto a la directora de vestuario Edith Head. Y ahora, con motivo de este aniversario, recordamos otra de las piezas que la consolidaron como un icono: un exquisito traje lencero.
En esta historia rodada en localizaciones únicas como el Museo Nacional de París, y el Hotel Ritz, Hepburn interpreta a Nicole Bonnet, la hija de un famoso falsificador de obras de arte que termina convirtiéndose en una ladrona de guante blanco. Una mujer que salva el honor de su familia y a su padre de sus propias trampas y triquiñuelas del pasado, que no deja a un lado la sofisticación gracias al vestuario de su querido amigo Givenchy y del vanguardista André Courrèges, Durante la trama luce varios conjuntos de los que más adelante hablaremos, porque es el momento de recordar aquel look súper femenino que hoy sigue siendo tendencia y que hemos visto cómo se sube a la pasarela con versiones actualizadas.
Entre los que aparecen a lo largo de la cinta, hay uno del diseñador de Alta Costura que ha pasado a la historia de la moda por ser uno de los más especiales que ha llevado la intérprete. Durante la escena en la que espera a su cómplice de robo Simon Dermott -que en realidad es un detective privado- en el restaurante del Ritz de París, la protagonista aparece con un impresionante vestido de Chantilly negro combinado con chaqueta, antifaz y medias de encaje, sin olvidar el llamativo maquillaje glitter en los párpados al puro estilo Euphoria -creación del maquillador Alberto De Rossi- y grandes pendientes de diamantes. ¡Así se convertía en la ladrona más glamurosa y elegante de la historia de Hollywood!
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Una propuesta que estrenó hace más de medio siglo y que sigue siendo de las más aclamadas por las expertas en moda para eventos de gran calibre. Encotramos ejemplos que continúan la dinámina lencera y transparencias en las últimas colecciones de Dior, Christian Siriano, y Dolce & Gabbana entre otras. Tras el delicado antifaz de chantilly se escondía un make-up de purpurina metalizada, bajo el sombrero blanco de estética futurista un eyeliner perfectamene delineado... Pero lo que realmente cambió el suave rostro de la protagonista fue el corte pixie con flequillo asimétrico, un peinado revolucionario que lució de forma excepcional gracias a su creador, el famoso peluquero Alejandro de París, quien lo bautizó como Coupe Infante '66.
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Pero no solo esta pieza lencera nos ha conquistado, también destacan otros estilismos que hoy volveríamos a llevar. Desde el camisón de seda en color rosa con detalles de encaje que pertenece a la colección primavera/verano de 1965 de Givenchy, el precioso abrigo fucsia de corte oversize, pasando por el original sombrero casco de Courrèges, las gafas blancas de Oliver Goldsmith, el traje de dos piezas amarillo, el icónico reloj de Cartier con correa naranja, ¡y hasta la pitillera de plata con forma de bolso de mano! Prendas imprescindibles que acompañaban y aportaban significado al maravilloso personaje ficticio que encarnaba Audrey. Todas y cada una de ellas aunan a la perfección las tendencias sesenteras más punteras del momento, con la elegancia innata de la actriz.
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Y no hay objeción alguna que Nicole Bonnet tenía el armario perfecto para una chica parisina procedente de una familia pudiente -aunque su riqueza no había llegado a sus manos de forma legal-, que vive en una casa de época en el centro de la ciudad de la luz y su gusto por la moda y los coches descapotables como los Jaguar CK, es exquisito. Ahora más de medio siglo después de su estreno, el estilo y la elegancia que transmite Audrey en esta historia, sigue siendo un referente internacional. No importa si lleva un delicado diseño de encaje o un vestido de aires futurista, Hepburn será la reina del estilo y de la belleza eterna.