La danza y la moda siempre han estado unidas, y no nos sorprende que de esta conexión haya surgido un estilo propio inspirado en el ballet. Fusionados en uno, el balletcore se está convirtiendo en una tendencia viral que crece como la espuma en los últimos días en las redes sociales. Se caracteriza por un alto grado de feminidad y sofisticación en las prendas, que dejan ver el lado más delicado de quién las lleva.
Los lazos son tan fuertes entre ambas disciplinas que ha causado grandes influencias en las colecciones de los diseñadores creativos más importantes hasta el momento. Pero no solo se queda ahí, también ha invadido el armario de nuestras chicas favoritas. Para llegar a entender mejor el estilo balletcore, es necesario viajar al pasado y conocer su punto de partida.
-El 'efecto Carrie Bradshaw' en la pasarela: su falda de tul conquista las Semanas de la moda
Cuál es el origen del traje de bailarina
El traje asociado al ballet no apareció hasta 1832, cuando la bailarina, Marie Taglioni, máxima representante del ballet romántico, apareció con una falda de gasa sobre el escenario para la interpretación de la obra por la que es reconocida, Sílfide. En sus orígenes el ballet era exclusivo de los hombres, hasta que el rey Luis XIV de Francia introdujo los cambios.
El resurgir del 'balletcore'
La fiebre por el estilo balletcore comenzó en el año 2010 coincidiendo con el estreno de El Cisne Negro, thriller protagonizado por Natalie Portman que marcó un antes y un después en el mundo cinematográfico. Calentadores, orejeras, faldas plisadas y manoletinas invadieron los armarios de todas durante ese periodo. Pero, ¿por qué vuelve en 2022? Doce años después, como está pasando con el estilo Twee, las modas se reinventan y regresan adaptadas a nuestros tiempos y el balletcore no iba a quedarse atrás. Ambos estilos tienen una prenda en común y se trata de los cuellos adornados y grandes de las camisas como luce Camila Mendes en la foto para el festival Paleyfest.
Visto sobre la pasarela
Grandes firmas desde Chanel hasta Erdem, pasando por Alexander Mcqueen o Givenchy, han tomado inspiración de la danza clásica para sus últimas colecciones. Simone Rocha es una de las diseñadoras más representativa de este estilo desde sus orígenes y la más diferenciada por el uso de tul y bailarinas junto a chaquetas de cuero, plataformas y colores eléctricos, provocando un espíritu mucho más roquero.
Las prendas clave para llevar el estilo a tu armario
Las características del balletcore que hace que se diferencie del resto es el uso de colores pastel además de la indumentaria tradicional del ballet como son los bodies, los tutus, vestidos y faldas largas confeccionadas en seda y gasa, leggins y bailarinas. No deja de ser un estilo que abraza el cuerpo femenino para realzarlo de forma natural.
El 'rey' indiscutible del tul
Pensar en tul está estrechamente ligado con el diseñador Giambattista Valli. Experto en el uso de la tela, ha demostrado desde los inicios de su firma en 2005 su dominio. Su éxito es tan impactante que todos tenemos en mente el icónico vestido de tul que lució Kendal Jenner en el festival de Cannes 2019, diseñado por Valli en colaboración con H&M. Volúmenes junto a siluetas sofisticadas son la clave del éxito de sus prendas y su fácil reconocimiento a simple vista.
Las estrellas de cine sobre las alfombras rojas
La actriz Kristen Stewart recibió el premio American Riviera por su papel en Spencer vestida de Chanel. Como embajadora de la casa, apostó por un vestido negro con transparencias que nos recuerda a un cisne negro de lo más moderno. Las plumas son otro elemento muy característico de esta tendencia. El cine también ha estado influenciado por el ballet y, sin irnos muy lejos, tenemos el reciente caso de Las niñas de Cristal, una producción española de Netflix protagonizada por María Pedraza.
Las puntas de las bailarinas
En la última pasarela, Miu Miu nos mostró una colección inspirada en dos deportes: el tenis y el ballet. Manoletinas acompañadas de calentadores serán las prendas clave para la próxima temporada. El uso de las bailarinas se lo debemos a la editora de moda Diana Vreeland que, durante la Segunda Guerra Mundial decidió llenar las páginas de su revista con manoletinas e ideas para combinarlas en el día a día. No solo fue ella la única responsable, iconos de la moda como Audrey Hepburn o Brigitte Bardot también influyeron.
Ideas para el día a día
La prenda más utilizada del balletcore son las faldas con volumen y de tul. Un ejemplo es el que nos muestra Valentina Ferragni, una falda midi transparente y acampanada combinada con un corsé y una camisa blanca. Las expertas de moda saben cómo llevarlo sobre la calle, simplemente con un elemento característico como las bailarinas, los bodies o el tul combinado con prendas de street style.
Las mangas en forma de mariposa
Siendo el símbolo representativo del año, las mariposas tampoco podían faltar dentro de esta tendencia tan femenina. Esta vez, las mangas abullonadas han cogido forma de alas provocando una silueta XXL en los hombros. La actriz protagonista de Emily en Paris, Lily Collins, no ha dudado en estrenar esta nueva tendencia de la mano de Isabel Marant con un vestido de estampado primaveral.
La 'Gen Z' lo adora
Sin olvidarnos de la pionera en introducir el ballet en uno de sus videoclips más icónicos de la historia, Taylor Swift presentaba su siguiente álbum 1989 con el primer sencillo Shake It Off en 2014. La actual imagen de la música pop, Olivia Rodrigo, también se vistió de bailarina en su videoclip Brutal o, incluso la sala de baile donde Rosalía interpreta Chicken Teriyaki de su último disco Motomami donde podemos ver barras propias del ballet.