El martes llegó a su fin la gran cita de la moda en París, culminando así nueve intensos días en los que las grandes firmas han presentado sus colecciones. La capital francesa acogió las nuevas propuestas de Chanel, Miu Miu, Elie Saab, Louis Vuitton... , con las que han establecido algunas de las tendencias que veremos en la próxima temporada. Pero hay alguien que se reservaba una sorpresa para el final. Y nunca mejor dicho. Porque esta ha sido la primera vez que el diseñador Simon Porte Jacquemus ha inaugurado su nueva colección primavera/verano fuera de fecha de la Semana de la moda parisina. Y no solo eso: es su primer desfile que no transcurre en Francia.
La localización que ha escogido ha sido Hawái, concretamente en su isla más poblada, O‘ahu. Hasta allí se ha trasladado su equipo, las modelos y las invitadas VIP que no han querido perderse uno de los desfiles más impresionantes de estas últimas semanas. Y es que Jacquemus ha roto con la tradicional pasarela para trasladarla a una playa desierta. El mar, la arena y la vegetación ha sido el telón de fondo de The Splash, la nueva propuesta del diseñador.
Colores intensos y vibrantes entre los que no faltan los azules o los verdes, estampados de cuadros, prendas oversize... la nueva colección de Jacquemus encajaba perfectamente con la sintonía de la isla. ¡Así ha sido uno de los desfiles de moda más comentados!
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Una pasarela con vistas al mar
El diseñador ha explicado que quería ser lo más respetuoso posible con el entorno de la isla, por eso ha reducido al mínimo el material a la hora de montar su desfile. La pasarela estuvo formada por una sencilla lona kilométrica de color azul, sobre la que las modelos desfilaban descalzas. "Hemos trabajado principalmente con talentos y empresas de O'ahu y de las islas vecinas para dejar la menor huella posible", explicaba Jacquemus. "Como invitada en Hawái, la firma ha tenido gran cuidado de respetar la localización, la cultura y la forma de vida de la isla".
Un frontrow discreto y sostenible
Las inviticaciones que se repartieron para el desfile también fueron reducidas: "Hemos contado con una pequeña lista de invitados VIP, amigos de la marca procedentes sobre todo de la región Asia-Pacífico, para que disfruten de la belleza natural de la isla". Por eso solo existía una única fila de asientos junto a la pasarela. Todos ellos formados por taburetes con formas geométricas y hechos completamente de madera.
Jennie Kim voló desde París para no perdérselo
La integrante del grupo surcoreano Blackpink acudió el pasado martes al desfile de Chanel en París como embajadora de la firma francesa. Pero no quiso perderse el espectáculo del diseñador, con el que mantiene una buena relación y junto al que posó en diferentes fotos. La cantante eligió para la ocasión un conjunto veraniego en color rosa perteneciente a los últimos lanzamientos de la marca francesa. Con un crop top de cuadros, una falda larga, unas sandalias de plataforma y el característico bolso Le Sac Rond, Jennie demostró una vez más que no tiene miedo a innovar con su estilismo, como ya lo ha hecho en tantas otras ocasiones. Por algo es considerada todo un icono fashionista en Corea del Sur.
Invitados del mundo de la música
El diseñador no dudó en invitar a jóvenes promesas del panorama musical. Además de Jennie Kim, por la paradisíaca isla también se dejó ver el cantauro Daniel Caesar, la cantante SZA o el rapero Aminé. Tampoco quiso faltar a la cita Jhene Aiko, que fue acompañada por su hermana pequeña, ambas apostando por conjuntos de colores intensos, una caraterística propia de la nueva colección del diseñador. La artista, que recientemente ganó popularidad tras interpretar America The Beauty en la Super Bowl, el himno no oficial de Estados Unidos, es también una apasionada de la moda.
Un contratiempo inesperado
El diseñador ha utilizado las redes sociales de la firma para compartir anécdotas del desfile, que comenzó con el tiempo jugándole una mala pasada. Y es que este era uno de los riesgos a los que se enfrentaba al celebrar su espectáculo en una isla que cuenta a veces con su propio microclima: justo antes de salir las modelos a la paserela, estalló una lluvia torrencial. "Sé que la colección se llama Le Splash ('salpicadura'), pero no me esperaba una así, para ser sincero", comentaba con humor. También ha explicado que vivieron momentos de angustia cuando tuvieron que refugiarse del agua: "Estábamos bloqueados, todo estaba mojado, la ropa se ensució...", admite. "Pero las personas de la isla que trabajaban con nosotros no dejaban de decirnos que la lluvia era una bendición, que era bonita. Y toda esa energía de repente se transformó en algo precioso y lleno de significado". Una hora después el sol regresó y pudieron llevar a cabo un desfile que, a pesar de los contratiempos, ha hecho historia al tener lugar en un enclave tan diferente al de las grandes capitales europeas.