El fenómeno de 'Emily in Paris' a través de 9 looks que queremos copiar ya

Se estrenó hace menos de una semana pero Emily in Paris, la nueva serie de Netflix protagonizada y producida por Lily Collins, ya ha conseguido hordas de fans deseosos de una segunda temporada. En España se sitúa en las primeras posiciones de los contenidos más vistos de estos días. La ficción aborda la vida de Emily, una joven de Chicago que encuentra la oportunidad profesional de su vida cuando la empresa de marketing en la que trabaja la destina a la capital francesa. El relato de una americana en París toma forma -con algún que otro cliché, la verdad- con la ciudad de la luz como una protagonista más de la historia. El vestuario, ideado por Patricia Field, la diseñadora encargada de los emblemáticos estilismos de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York, es posiblemente el mayor atractivo de esta nueva serie de 10 episodios creada por Darren Star. Sí, uno de los productores de la serie que consolidó a Sarah Jessica Parker como superestrella. En la imagen, uno de los lookazos que la protagonista lleva en los primeros episodios: un conjunto dos piezas con estampado de cuadros, bolso de Chanel (un diseño de la colección Primavera-verano 2019) y el toque parisino, la boina ladeada.  

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Guiños a 'Gossip Girl' y 'Sexo en Nueva York'

En uno de los episodios, Emily confiesa que de pequeña anhelaba ser como Serena Van der Woodsen pero los lujosos vestidos que llevaba la protagonista de Gossip Girl estaban fuera de su alcance. La influencia de la serie se refleja en el peso que la moda tiene en esta nueva ficción. El personaje de Lily Collins se pasea por las calles de París demostrando que su vestidor no tiene nada que envidiar al de las chicas del Upper East Side. Con este abrigo recto en color verde, una propuesta de la colección Crucero 2020 de Chanel, lo cierto es que nos recuerda más a la clásica Blair Waldorf que a Serena. 

Armario en evolución

Como hemos comentado, el vestuario corre a cargo de Patricia Field, que ha trabajado junto con Marilyn Fitouss en la creación de los looks de los personajes. Field ha explicado en una entrevista a Paper que el armario de Emily evoluciona a lo largo de la serie, a medida que se va asentado en la ciudad de París. Además, la inspiración del chic parisino, según explica, bebe de actrices clásicas como Audrey Hepburn o la franco-estadounidense Leslie Caron. En la serie, Emily se aleja del sencillo effortless que abanderan las francesas y experimenta con mezclas audaces de colores y estampados. La camisa que lleva en la imagen es de Alice&Olivia. 

Diseñadores consolidados y firmas independientes

Cuesta imaginar cómo una joven que trabaja en una empresa de marketing puede disfrutar de un vestidor repleto de zapatos de Louboutin, bolsos de Chanel o prendas de firmas como Versace o Vivienne Westwood. Igual que ocurría con Carrie Bradshaw y su inmensa colección de Manolos, difícil para una periodista con sueldo de columnista, Patricia Field nos invita a soñar a través de la ropa: "Mi objetivo es que los personajes estén tan bien vestidos como sea posible (...) Para mí, mi trabajo es crear el armario más interesante, original y bonito", sostiene en una entrevista reciente en Paper. Además de los grandes sellos, en sus looks se cuelan propuestas de firmas independientes pero muy populares, como Ganni. Las francesas Maje y Sandro no faltan en la ecuación, incluso aparece con algunas prendas de la colección homónima de Chiara Ferragni o de la marca asequible Brandy Melville. En la imagen lleva vestido de The Kooples y chaqueta de Alice&Olivia. 

Boinas, sombreros y 'bucket hats'

Si te gusta la moda y te has visto Emily in Paris en una maratón seriéfila, te habrás deleitado identificando la cantidad de accesorios con los que la protagonista remata sus looks impecables. Parece que el personaje tiene un bolso perfecto para cada ocasión, unos botines idóneos para cada vestido y, sobre todo, una amplia colección de sombreros de todo tipo. Desde la clásica boina parisina que lleva en diferentes colores y estampados, hasta el sombrero de aire retro de inspiración años 20 o el bucket hat de Kangol (en la imagen) con el que hace un guiño a las tendencias. 

Ajena a las tendencias

La sucesión de looks que Emily luce a lo largo de los 10 episodios de esta primera temporada deja claro que, además de haber necesitado una maleta de dimensiones monstruosas para poder traer toda su ropa desde Chicago, la protagonista no vive obsesionada por las tendencias. Sí, de vez en cuando podemos verla con un sombrero de pescador o una minifalda estilo Clueless, pero la inmensa mayoría de los vestuarios responden a su propio estilo. Las combinaciones preppy, con blusas románticas y chaquetas estampadas, a todo color o de diseño especial se repiten con frecuencia; apenas hay cabida para los vaqueros o las camisetas lisas. Los básicos no casan con el armario ecléctico con un punto extravagante de Emily. En la imagen, con chaqueta y bolso de Chanel.

'Comfy' sí, pero sin chándal

Ni prendas oversize, ni leggings ni mallas de ciclista, la estética deportiva y el estilo comfy no existen en el universo de Emily in Paris. En las contadas -contadísimas- ocasiones en las que Emily apuesta por conjuntos más urbanos, aparecen los jerséis de lana, las mallas y las socorridas botas de agua para los días de lluvia en París. Eso sí, nada de prendas grises: estampados coloristas y tonalidades brillantes como grandes aliados. En la imagen, con gorro de H&M, jersey de Essentiel Antwerp y botas amarillas de Aigle.

La Alta Costura, también presente

Los estilismos más elaborados forman parte de algunos episodios clave, como si la importancia de la trama estuviera estrechamente relacionada con el vestuario de cada ocasión. La Alta Costura que luce el personaje de Lily Collins en algunos capítulos logra casi eclipsar los espectaculares escenarios en los que transcurre la acción. Para acudir a la ópera, Emily muestra su lado más sofisticado, con un sobrio vestido negro de silueta A de Christian Siriano, una creación que combina con un bolso joya de Rosantica y una diadema brillante colocada a modo de tiara junto a su moño de bailarina, un guiño a Audrey Hepburn en Funny Face. En otro de los episodios, lleva un espectacular diseño de Stephane Rolland.

¿Y el look de belleza?

La maquilladora Aurélie Payen ha sido la encargada de crear ese look de belleza afrancesado: un efecto natural pero poderoso con labios rouge y pestañas tupidas como apuesta para el día a día. La melena castaña con destellos dorados de Lily Collins también ha llamado la atención entre esos seguidores de la ficción que no se pierden ni un detalle. Casi siempre podemos verla con el pelo suelto, peinado con la raya en medio y con unas ondas deshechas que combaten cualquier bad hair day. Cuando no presume de melena, los semirrecogidos son la opción recurrente.