El 9 de noviembre de 1985, en un viaje oficial a Estados Unidos, Diana de Gales dejó para el recuerdo una de las instantáneas más sorprendentes y glamurosas de la década cuando bailó, en la Casa Blanca, con el actor John Travolta. Su vestido, un glamuroso diseño de terciopelo azul del modisto inglés Victor Edelstein, tuvo gran responsabilidad en la creación de la leyenda.