La historia de Chanel siempre ha ido de la mano del 2.55, unas cifras que rápidamente nos recuerdan el icónico bolso de la firma, tan antiguo como su propio nombre indica: Coco Chanel lo creó en febrero de 1955. Este bolso, inspirado en las sillas de equitación, estaba originariamente realizado en cuero acolchado y rematado con un asa de cadena, para llevarlo como bandolera o colgado del hombre con doble asa. Respetando esta esencia, Karl Lagerfeld lo ha llevado a su terreno una y otra vez. Sin miedo a experimentar con los elementos que identificaron a la fundadora de la firma -el tweed, los cárdigans de punto y el propio bolso-, el director creativo no ha tenido problema en ir adaptándolos a los nuevos tiempos e incluso anticipando los que vendrán, el gran poder del Kaiser de la moda.
"Continuing to embrace the present and invent the future", o "abrazando el presente e inventando el futuro", era uno de los mantras del káiser de la moda; una frase que resume sus más de tres décadas al frente de Chanel y que la evolución del bolso 2.55 sintetiza mejor que ninguna otra. Desde sus primeros años en la maison, donde entró en 1983, comenzó a modificar el diseño, con sutiles gestos como añadir una tira de cuero en la cadena del asa. Más tarde se atrevió con otros materiales y en las últimas colecciones, lo hemos visto versionado en mochila, riñonera, bolso XS o en formato doble, una de las propuestas más sorprendentes del desfile Primavera/verano 2019. Posiblemente estas mil y una vidas hayan logrado que, 64 años después de su creación, el 2.55 siga siendo hoy símbolo de la elegancia francesa y uno de los bolsos más deseados en todo el mundo y a cualquier edad.
Logomanía
Caro Daur lució la versión del bolso en color salmón con el nombre de la marca, un diseño muy en línea con las tendencias de esta temporada que exaltan los logos impresos en las prendas.