En el año 2013 Naciones Unidas llegó a un acuerdo para celebrar el Día Internacional de la Felicidad, destacando la importancia que su presencia (o ausencia) puede tener en nuestras vidas. Ser feliz es el objetivo primordial en la vida de la mayoría de las personas y los estudios, trucos y consejos al respecto se multiplican cuando se acerca esta fecha. Desde leer 30 páginas al día como propone la actriz Emma Roberts, hasta dedicarse a la repostería casera para desconectar de la rutina o algo tan sencillo como ayudar a los demás son algunas de las maneras que nos prometen aumentar nuestra felicidad.
Pero hay otra forma, muy directa y fácil de llevar a la práctica, que puede también repercutir en nuestro estado de ánimo de manera positiva: nuestro vestuario. Y, más concretamente, los colores que componen nuestro estilismo desde el punto de vista de la psicología del color, "disciplina que se está desarrollando de forma muy rápida en los últimos años, y que trata fundamentalmente de analizar como reacciona el cerebro humano ante la percepción de los colores", explica Gerardo Castaño Recuero, profesional de Nuestro Psicólogo en Madrid, centro recientemente premiado con la Medalla de Oro Europea por Mérito al Trabajo.