Hervé Leger trabajó para Fendi y Chanel antes de lanzar su propia marca homónima en 1985. Su vestido más icónico, el bandage dress, fue también el más polémico.
En 2015, el director gerente de la firma para UK realizó unas controvertidas declaraciones que pusieron a la firma en el punto de mira: "las mujeres voluptuosas con caderas prominentes deberían evitar llevar vestidos de la firma"
Y a la vista está que Kim Kardashian -una de las celebrities con más curvas- decidió hacer oídos sordos a estas declaraciones porque lo cierto es que este (y otras de sus versiones) fue uno de sus vestidos favoritos y no se cansó de llevarlo durante años.