Chanel
Eternamente Coco. Influencias del siglo XIX, el refinado estilo propio de la maison y unas gotitas de un aire naïf actualizado. Esta es la mezcla que encontramos en la trabajada colección que Karl presentó en el Grand Palais. Aplicaciones que formaban líneas florales, hombros biselados pero sin relleno, brillantes bordados... Una magia artesanal que dio como resultado una colección de sastrería pura pero que encaja a la vez en cualquier armario femenino.
La clave del look, la combinación de tejidos (lana y guipur), el contraste del binomio blanco y negro y las mangas que cubren la mitad de los dedos como si del clásico mitón del Kaiser se tratase.