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La propia Chiara Ferragni admitía que el 2024 fue sin duda el año más duro de su vida, pero también el que le ha aportado más lecciones vitales. Atravesó un complicado divorcio con escándalos de por medio tras separarse del rapero Fedez y se enfrentó al golpe más duro de su carrera con el Pandoro Gate, tras descubrirse una venta benéfica fraudulenta. Como consecuencia, perdió contratos millonarios con firmas, pero también la suya propia sufrió un batacazo.
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La italiana posee dos principales negocios: Tbs Crew, que gestiona tanto su famoso blog como sus colaboraciones comerciales, las de su hermana Francesa y su madre, convertidas también en influencers; y, por otro lado, Chiara Ferragni Brand, la firma que engloba ropa, accesorios y productos de belleza. Ambas compañías están bajo el paraguas de Fenice, la sociedad que las maneja y cuya facturación ha caído en picado, con pérdidas de 10 millones de euros desde finales del 2023.
Es precisamente su firma de ropa uno de los pilares claves de su economía: se fundó en 2013 y hasta la fecha cuenta con más de 300 puntos de venta, más dos tiendas físicas en Roma y Milán. Tras el cierre de esta última el pasado agosto, la más emblemática, flotaba en el aire la posibilidad de que Chiara Ferragni dijera adiós a su marca.
Nada más lejos de la realidad: la de Cremona ha decidido asumir las consecuencias, adquiriendo el 99% de su propia empresa. Así lo anunciaba este martes: "Por primera vez, me he convertido en accionista mayoritaria de Chiara Ferragni Brand. No se trata solo de acciones o porcentajes: es un comienzo. Esta decisión es un paso concreto. Es la elección de retomar el control de mi historia: no delegar más, no fingir que todo va bien cuando no es así", explicaba.
"Se trata de ser libre, por primera vez, para llevar adelante mi marca y mi nombre. No estoy aquí para contarte un cuento de hadas, los cuentos de hadas no existen. Pero sé que estoy intentando construir algo nuevo".
Dueña de su imperio
Lleva 15 años como influencer, de hecho, fue una de las primeras en construir sus propios negocios. En 2021 logró hacerse con el 100% de Tbs Crew, comprando el 45% de las acciones que le faltaban a la sociedad Esuriens. Y este 2025, parece que al fin ha conseguido hacer lo mismo con su firma de ropa. "Con esfuerzo, claridad y responsabilidad. No te voy a contar que sea un renacimiento perfecto. Ni yo misma estoy viviendo uno", aseguraba en redes sociales.
Una decisión en la que muy probablemente haya influido el caso del Pandoro Gate, pues ni ella misma estaba enterada de cómo se había gestionado la venta del producto, un dulce navideño cuyos beneficios irían destinados a un hospital, según contó en su momento. Parece que esta vez prefiere no delegar en terceros este tipo de acciones. Tomando así el control total de su firma, le permitirá también reducir la dependencia de socios y directivos que pudieran no haber manejado la crisis de la mejor manera. Es, también, una forma de reinventarse de cero y recuperar su autonomía creativa.
Alianzas fuera de Italia
Poco a poco ha vuelto a reactivar sus colaboraciones y su presencia en el sector de la moda. Además de regresar a Milan Fashion Week, también ha sido la invitada a los desfiles de Stella McCartney o Schiaparelli en París, ciudad a la que no volvía desde hacía dos años
Aunque ha sido sin duda España el país que le ha ayudado en este renacer, su "lugar favorito después de Italia", como confesaba durante su paso en febrero por la ceremonia de los Premios Goya. Fue en nuestro país, de hecho, donde retomó por primera vez su faceta de influencer tras un año alejada de los medios. Lo hizo en septiembre, convirtiéndose en imagen de los productos capilares de Goa Organics. "Madrid y Roma son mis ciudades favoritas en Europa. Y sé que al ser italiana no debería decir esto, pero Madrid es elegante, incluso más chic", admitía entonces la empresaria.
Año nuevo, vida nueva
Parece ser el lema con el que la creadora de contenido ha arrancado este 2025. Y es que no solo ha vuelto a encontrar el amor de la mano del empresario Giovanni Tronchetti, también está priorizando su bienestar emocional.
Ha reducido significativamente el número de publicaciones en sus redes sociales (solía subir una media de dos o tres fotos al día y ahora puede estar hasta casi una semana sin compartir nada en su feed), está pasando tiempo de calidad con sus hijos, pero también con sus amigos, como nos deja ver de manera digital. "He entendido que mi salud, ya sea física, emocional o mental, es lo que realmente importa", ha asegurado.