El lunes comenzaba en la capital francesa uno de los eventos más importantes en el mundo de la moda: arrancaba una vez más Paris Fashion Week, atrayendo a sus presentaciones a celebrities de todo el mundo. Pero ha sido un nombre en especial el que ha generado la misma pregunta estos días: Chiara Ferragni. ¿Asistirá la italiana a los desfiles de París? Una cuestión que nos planteábamos tras haberla visto en Milán, regresando después de tanto tiempo a su semana de la moda. La respuesta es sí: la italiana ha viajado hasta la cuna de la Alta Costura y lo ha hecho junto a su hermana Valentina Ferragni, un apoyo fundamental para ella en este paulatino regreso a la escena pública.
El martes aterrizaban en París, donde ambas han alquilado un impresionante piso junto a su equipo, como conocíamos a través de sus redes sociales. "Nuestra casa durante los próximos días", comentaba Valentina en un vídeo. Y este miércoles, al fin, hemos sido testigos de la vuelta oficial de Chiara Ferragni a Paris Fashion Week con su asistencia al desfile de Stella McCartney, que ha tenido lugar a las 16:00 en el Parque André-Citroën, con la Torre Eiffel de fondo.
Aparecía luciendo un look de lo más exclusivo, un traje oversize gris de raya diplomática bañado en pedrería y con detalles de cristales. Se trata de un dos piezas que se ha presentado precisamente en este desfile como parte de la colección Otoño/Invierno 2025-26 y que todavía no se encuentra disponible en tiendas. Un gesto que otorga cierto prestigio a la de Cremona. Sin llevar nada debajo de la americana, acompañaba su estilismo con unos salones blancos de punta, un bolso burdeos y las gafas setenteras que regresan esta temporada.
¿Por qué es tan importante su presencia en la capital francesa?
La italiana, junto a figuras como Olivia Palermo, está considerada como una de las primeras influencers que se hizo conocida por méritos propios. No desciende de una familia conocida, pero no le hizo falta en 2009 para triunfar con su blog The Blonde Salad. Antes del auge de Instagram, era en esta plataforma donde Chiara Ferragni compartía sus looks, con la ayuda del que por entonces era su novio, el fotógrafo Riccardo Pozzoli.
Sus combinaciones llamaron la atención de diversas firmas de moda, que comenzaron a contar con ella en sus eventos. Fue Dior el primer sello que quiso invitarla en 2011 a su desfile en Paris Fashion Week, y desde entonces, otras casas de moda como Louis Vuitton, Kenzo o Elie Saab también quisieron ficharla. Por entonces, su presencia en el front row ayudaba a rejuvenecer la audiencia de las firmas y a darles visibilidad en un terreno digital que no estaba en absoluto tan explotado como lo está en la actualidad.
Si ahora lo hacen contando con cantantes de K-pop o estrellas de series de la generación Z como embajadores, antes lo hacían tendiendo la mano a un perfil como el suyo: una veinteañera que no tenía miedo a innovar con la ropa y que dio forma al concepto de influencer tal y como lo conocemos ahora.
Su ausencia en uno de los desfiles más importantes
Ha sido Stella McCartney la firma que ha hecho regresar a Chiara Ferragni a París, pero antes de la presentación de la modista británica, había cierta expectación por si se dejaba ver en Dior, uno de los desfiles más multitudinarios y el favorito de las royals. No solo fue la primera gran maison que le dio la oportunidad, abriéndole las puertas a la semana de la moda francesa, sino que además ha mantenido con ella una excelente relación a lo largo de los últimos años.
"Preparada para mi desfile favorito", decía Chiara Ferragni en 2018 cuando compartía el look que escogió entonces para sentarse entre las filas de la legendaria firma. Fue esta quien aquel mismo año se encargó de confeccionar los dos fabulosos vestidos de novia que lució en septiembre, durante su boda con el rapero Fedez. La propia Chiara es cercana a Maria Grazia Chiuri, directora creativa de Dior desde el 2016. Así lo comprobábamos en el documental Los Ferragnez, donde la creadora de contenido colaboraba con la diseñadora, ideando los looks con mensaje que estrenó en la gala de San Remo que presentó en 2023.
Las polémicas detrás de su ausencia en París Fashion Week
Fue precisamente el desfile de Dior en 2023, el último al que asistía la influencer en septiembre de aquel año, justo antes de que estallase la polémica más sonada de su carrera. Ya en aquel festival de San Remo en el que hizo de maestra de ceremonias, comenzaron los primeros rumores de su distanciamiento con su ahora exmarido, cuando este besó en directo al artista Rosa Chemical, un incidente que marcó un antes y un después en su matrimonio.
Pero fue aquel diciembre cuando saldría a la luz el escándalo que supuso el golpe más duro a su carrera, con el caso Pandoro Gate. Se descubrió que los beneficios obtenidos con la venta del dulce italiano que la empresa de Chiara lanzó en colaboración con Balocco, no habían sido destinados al hospital pediátrico Regina Margarita de Turín, como se había prometido, pues la donación se había hecho antes de poner el producto a la venta.
Pidió disculpas públicamente, aseguró que no estaba al tanto y ella misma donó un millón de euros al centro médico como compensación, aunque no se libró de ser multada por la ley, que le reclama algo más de esta cantidad.
Pérdida de popularidad y contratos
La italiana se enfrentó entonces a una crisis de imagen que le hizo perder casi 200.000 seguidores en las primeras semanas del escándalo. Un descenso que fue de la mano con la falta de confianza que generó a firmas como Coca Cola, Pigma o el grupo Safilo, que rescindieron sus contratos con ella. A pesar de que este último conglomerado de gafas de lujo italianas (Polaroid, Dior o Carrera están bajo su paraguas), había visto incrementar sus acciones hasta un 13%, según apuntaron medios italianos, colaborando con Chiara Ferragni.
Otro mazazo fue su salida de la junta directiva de Tod's, firma a la que se había unido en primavera de 2021, de nuevo propulsando las acciones de esta en un 14% como comunicó el sello entonces. La capitalización del grupo era de 945 millones de euros y el mismo día que anunciaron la incorporación de Ferragni a sus filas, pasó a valer 1.040 millones de euros. Tras tres años, en 2024 decidieron prescindir de ella, coincidiendo con la vorágine del Pandoro Gate.
Su proceso de reinvención
"El 2024 ha sido sin duda el año más duro de mi vida, pero, increíblemente, también me dio libertad", confesaba en redes sociales hace unos meses. "Aprendí que quien de verdad te quiere permanece a tu lado y que el bienestar emocional vale más que cualquier éxito profesional". Sintiéndose ahora más "libre", como aseguraba, Chiara Ferragni se ha propuesto hacer del 2025 el año de su regreso a la moda, volviendo al ojo público mientras capea noticias tan desagradables como las infidelidades de su exmarido.
Ha vuelto a estrechar lazos con firmas cosméticas, convirtiéndose en embajadora de Goa Organics, marca española de productos capilares que ha sido de las primeras en volver a tenderle la mano. Ha sido en nuestro país donde Chiara Ferragni ha encontrado fuerzas para su regreso: durante su paso por los premios Goya, donde llevó un vestido de Ze García, aseguró que aquí se siente como en casa.
También en Italia vuelve a ganarse la confianza de las firmas: en febrero volvía a Milan Fashion Week para acudir al desfile de Dsquared2. También apoyó a jóvenes diseñadores italianos como Marco Rambaldi y Francesco Murano, y no se perdió el show de Giuseppe di Morabito. Solo hay que asomarse a su feed de Instagram para comprobar cómo sus publicaciones vuelven a tomar la moda como hilo conductor, pues predominan sus looks (hasta hace no mucho se había centrado en su vida familiar), recuperando la esencia que hace más de una década le hizo triunfar.