Todavía no había protagonizado Pretty Woman cuando una jovencísima Julia Roberts de 23 años logró romper las reglas de la moda con una audaz elección. Lo hizo en 1990 durante la gala de los Globos de Oro, donde se llevó el galardón de mejor actriz de reparto por su papel en Magnolias de acero. Recogió la estatuilla con un traje gris masculino de Armani que había comprado de forma improvisada en una tienda de Beverly Hills. Aquella elección a la que la intérprete restó importancia, fue un pequeño acto revolucionario sobre una alfombra roja repleta de vestidos, que acabaría trascendiendo años después.
Y es que lejos de quedar desactualizado, aquel traje oversize perfectamente podría formar parte de las tendencias de este 2025, donde la sastrería cobra especial relevancia en el armario femenino, pero lo hace rescatando características del masculino. Es decir: se llevan los pantalones de pinzas fluidos, las americanas amplias con sutiles hombreras, las camisas de puños limados, y por supuesto, las corbatas estampadas que ponen la guinda a looks que defienden una moda que no se preocupa por el género.
Visto en pasarela
Solo hace falta sumergirse en las últimas propuestas de las firmas de cara a este año para comprobarlo. Anthony Vaccarello rendía homenaje al fundador de Saint Laurent incluyendo en su colección de Primavera/verano 2025 un repertorio de trajes que hacen un guiño a esta pieza que popularizó el diseñador francés en la década de los sesenta. Por entonces, Yves propuso una versión femenina del esmoquin -que después iría actualizando-, como parte de su colección invernal Alta Costura 1966, una pieza que por entonces resultaba impensable que una mujer pudiese llevar a una fiesta.
Sellos como Armani, Alexandre Vauthier, Stella McCartney o Gabriela Hearst, entre otros, también defienden este dos piezas ligeramente holgado sobre la pasarela. Un estilismo que ha logrado poner de acuerdo a las actrices. Hace tan solo unos días, Milena Smit conectaba su vestidor con el de Ariana Grande gracias a esta elección. La española estrenaba durante los desfiles de París un traje en color berenjena con corbata de prints circulares, firmado por Saint Laurent.
Por una opción muy similar optaba la protagonista de Wicked para un evento, también de la maison francesa, rompiendo con el patrón de vestidos de princesa que durante los últimos meses ha lucido para promocionar su película. La cantante cerraba el ciclo de diseños ultrafemeninos y delicadas creaciones vintage, en favor de este traje gris con camisa y corbata burdeos.
Del trabajo a un evento
Puede convertirse en el uniforme perfecto para sentirse poderosa en la oficina, pero también encajar en un look de invitada con mucha presencia. Así lo dejaban claro las asistentes a la Alta Costura de París o a Copenhagen Fashion Week, donde este año ha triunfado especialmente este traje noventero, casi siempre con corbata o calzado cómodo, tipo mocasín.
Destacan especialmente los diseños monocromáticos en tonos tierra: marrón, gris, negro, blanco o teja. Combinaciones de pantalón con americana que la mayor parte de prescriptoras conjuntan con una camisa blanca clásica, algunas incluso se atreven a introducir el chaleco. Tampoco faltan elementos de cierta inspiración setentera, como las maxigafas rectangulares con cristales de colores, así como accesorios como gemelos en los puños o pasadores de corbata.