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Lila Moss lo ha vuelto a hacer. La joven se dejó ver ayer, jueves 6 de febrero, en la fiesta organizada en la pop up de YSL Beauty Candy Club con motivo del viral Candy Glaze Lip Gloss Stick en Nueva York. Una cita que nos sirvió para confirmar, de nuevo, lo que siempre se ha dicho: "de tal palo, tal astilla".
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La modelo de 22 años, que decidió seguir la carrera de su madre, Kate Moss, ha conseguido alzarse como uno de los rostros más influyentes de la industria de la moda, conquistando, sobre todo, a la Generación Z. Es bien sabido que, aunque la natural de Londres está batallando por tener un nombre más allá de la etiqueta de nepobaby, la supermodelo es una gran fuente de inspiración para su hija, algo que podemos notar, de forma más o menos evidente, en sus distintas elecciones de indumentaria.
La top model supo hallar las claves necesarias para redefinir a su antojo el concepto de minimalismo noventero y, desde entonces, no ha dejado de darnos las claves para seguir construyendo armarios cápsula envidiables. Hablamos de una tarea que, ahora, está en manos, también, de Lila Moss. La veinteañera acaparó todos los flashes, hace apenas unas horas, con un estilismo conformado a golpe de básicos, look tan elegante como sensual y moderno que podríamos haber descubierto de la mano de Kate.
Hablamos de una combinación protagonizada por vaqueros pitillo, silueta controvertida que está intentando regresar en un terreno dominado por cortes extremadamente anchos y voluminosos. ¿Conseguirán los skinny jeans volverse a consagrar como el gran imprescindible de las chicas de moda que fueron una vez?
Lila Moss dice “sí” y lo hace abanderando una fórmula con la que ya nos convenció. A principios de 2024 se enfundó, para salir de fiesta, en unos pantalones ceñidos de cintura alta que conjugó con camiseta de tirantes semitransparente y salones. Un año después, nos ha dejado boquiabiertas decantándose por unos jeans grisáceos, la alternativa que buscan las expertas a los clásicos diseños azules.
Lila Moss culminó, anoche, su propuesta con camiseta blanca de carácter fluido y escote abierto y blazer en clave XL con hombros acentuados, solapas en pico a contraste y botonadura forrada. En cuanto a complementos, la también influencer optó por el bolso estructurado Voltaire con asa superior de charol y detalle de logo metálico en dorado de la casa de lujo anfitriona y unos zapatos de tacón destalonados con puntera en pico. En cuanto a joyería, añadió altas dosis de delicadeza y glamour con la suma de un único brazalete y anillo.
En el terreno beauty, Lila Moss apostó por el look sencillo al que tan bien nos tiene acostumbradas: su melena rubia al natural con raya en medio y aires desenfadados y un makeup de efecto buena cara logrado a partir de sutiles notas de blush, máscara de pestañas y labial rosado, combo idóneo para potenciar las facciones al máximo sin alterarlas.
