"Quizá lo máximo que puedes esperar de una relación que va mal es salir de ella con unas pocas buenas canciones", decía Marianne Faithfull. Pero lo cierto es que la cantante llegó a acumular un gran número de éxitos a través de los más de 20 trabajos que forman su discografía, entre los que destacó el álbum de Broken English (1979), que marcó su regreso a la música tras su peor etapa de adicción.
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Para esta londinense, heredera de nobles austriacos, que creció en el barrio obrero de Reading, todo comenzó cuando Andrew Loog Oldham, por entonces manager de The Rolling Stones, la descubrió. Encandilado por su voz angelical y una estética que tanto casaba con la revolución del Swinging London, convenció a Mick Jagger y a Keith Richards para que colaborasen con ella en la legendaria canción de As Tears Go By, lanzándola al estrellato con solo 18 años.
Entonces, inició un romance tan tóxico como intenso con el vocalista del grupo de rock, envuelto en la turbulencia de las sustancias que también marcó relaciones como las de Kate Moss y Johnny Depp o Kurt Cobain y Courtney Love. "Me entristece mucho la noticia de su muerte, formó parte de mi vida durante mucho tiempo. Era una amiga maravillosa, una bella cantante y una gran actriz", escribía Mick Jagger tras conocer la noticia del fallecimiento de Faithfull este jueves 30 de enero.
La artista nos regaló canciones inolvidables, como su versión de The Ballad of Lucy Jordan, convertida en himno feminista tras formar parte de la banda sonora de Thelma y Louise, e inspiró otras cuantas en el repertorio de los Rolling o David Bowie. Pero también logró trascender con su estética, con esa eterna melena rubia con flequillo y un maquillaje a lo Twiggy, y con su estilo bohemio y revolucionario, con un armario repleto de prendas que perfectamente encajarían en las tendencias del 2025.
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Defensora de la minifalda
¿Cómo no serlo si se había convertido sin querer en representante del revolucionario movimiento cultural que sacudía Londres en aquella década? Mary Quant, a quien se atribuye la autoría de esta prenda, triunfaba con sus diseños cortos que algunos tachaban de inmorales y que, por supuesto, formaban parte de las elecciones de la cantante. Ahora también vemos en las tiendas versiones de aquella minifalda de ante que llevaba con chaqueta y botas a juego.
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Abrigos de pelo
Fueron varias las veces queMarianne Faithfull y Mick Jagger tuvieron que acudir al juzgado por problemas derivados de su consumo de sustancias ilegales, lugar al que llegaban como auténticas estrellas, rodeados de fans que les esperaban a las puertas del edificio. Sus looks han pasado a la historia, como aquel en el que la cantante llevaba unas grandes gafas como las que Saint Laurent ha rescatado este año, o este, con un abrigo de pelo con cinturón como los que arrasan en invierno.
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Conjuntos coordinados
El matching a la hora de vestir no lo inventaron David y Victoria Beckham en los noventa. Antes ya lo ponía en práctica esta icónica pareja con estilismos como estos con los que llegaron al aeropuerto de Londres en 1969, apostando ambos por trajes y maxibolsos.
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Un look de invitada transgresor
De tirantes finísimos y un pronunciado escote era este elegante vestido en color berenjena con el que la cantante aparecía en televisión, revolucionando la pantalla con este inusual diseño para la época, y posando con un radical corte de pelo con el que dejaba atrás su melena de muñeca para apostar por el mullet.
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Estilo bailarina
Esta estética ultrafemenina que ha vuelto a ponerse de moda, también protagonizó el memorable atuendo que la británica lució a finales de los sesenta. Un vestido corto de plumas en el que se enfundó antes de rodar La chica de la motocicleta. Se trataba de un vestido de gasa en un vistoso color azul cielo que combinó con unos zapatos metalizados de tiras cruzadas inspirados en el ballet.
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'Power dressing'
Si bien el traje de chaqueta se limitaba por entonces al armario masculino, la actriz también lo hizo suyo, innovando con propuestas como esta, en la que defendía el pantalón de sastre con una camisa de solapas y blazer de paño.
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Su vestido de novia
Aunque no trascendieron muchos detalles de aquel enlace, tras su relación con Mick Jagger, Marianne se casó a los 32 años con Ben Brierle llevando un vestido que nada tenía que ver con las voluminosas creaciones a capas que solían ser populares en la época. En su lugar, apostó por un sencillo diseño de manga larga con pronunciado escote en color liso y un original sombrero.
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Cambio de estilo tras su regreso
Su adicción le hizo atravesar una complicada racha en la que lo perdió todo e incluso acabó viviendo en la calle durante un tiempo. Y, sin embargo, logró incorporarse de nuevo a la escena musical tras publicar su álbum Broken English en 1979. Regresó con una voz mucho más áspera que formaría ya parte del resto de sus canciones y con un giro en su forma de vestir, más oscuro, más rockero y de tintes grunge.
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A juego con Kate Moss
La supermodelo apareció en el videoclip de Marianne Sex with strangers (2014) y juntas protagonizaron una campaña para Burberry fotografiada por Mario Testino. Pero antes ya se habían hecho amigas, como dejaba claro este momento en el que ambas posaban en la Gran Manzana con vestidos negros de noche y sandalias destalonadas.
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Icono atemporal
Era frecuente verla sentarse en el front row de los desfiles de grandes firmas, como en los de Chanel -trabó amistad con el diseñador Karl lagerfeld- o en los de John Galliano, a quien le unía su rebelde sentido de la moda. "He contribuido a mi época y a mi generación siendo yo misma", dijo Marianne Faithfull, icono eterno de los sesenta.
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