Hace una década, Ana de Armas tomó la decisión que cambiaría drásticamente su carrera: hizo las maletas para marcharse de España y comenzar una nueva vida en Los Ángeles sin saber inglés, persiguiendo el sueño de crecer en la industria del cine. "Al principio mi vida era un desastre, nadie me entendía y no podía comprender el contexto de lo que leía en los guiones", admitió hace unos años. Hoy en día ha logrado consolidar su carrera con una nominación al Oscar en 2023 por Blonde y su aparición en cintas de acción tan populares como James Bond: sin tiempo para morir. Un papel cuyas escenas de lucha fueron aplaudidas y que probablemente haya influido en el nuevo proyecto que protagoniza.
Como si del destino se tratase, la intérprete vuelve a coincidir con Keanu Reeves en Ballerina, el spin-off de la saga John Wick protagonizada por el actor canadiense, con quien precisamente coincidió en Knock Knock (2015), el primer trabajo de Ana de Armas en Hollywood. Aunque esta vez la trama no se centrará en la historia de este popular asesino a sueldo, sino en la de Eve Macarro, una letal criminal y bailarina de ballet, entrenada por la misma organización que adiestró a John Wick y que busca venganza tras la muerte de su familia.
La película tiene previsto su estreno el 6 de junio de 2025, pero este fin de semana Ana de Armas la presentaba en Brasil durante la Comic Con Experience de São Paulo. El domingo aparecía radiante sobre el escenario, interactuando con los fans y sonriendo en cada foto. Una ocasión en la que estuvo acompañada por Len Wiseman, Norman Reedus e Ian McShane, también parte del reparto.
Para la presentación de esta ficción con la que consolida su éxito en las películas de acción, escogió un vestido midi de manga larga semitransparente con detalle de frunces en el cuerpo, un diseño en azul marino de la firma neoyorquina Proenza Schouler, que acompañaba con unos salones clásicos de tacón. Una vez más, ha sido la estilista Samantha McMillen, quien ha ayudado a la actriz durante estos días en Brasil. La asesora de imagen es una de las más solicitadas en la alfombra roja y entre sus clientes cuenta con nombres como los de Elle Fanning y su hermana Dakota, Brie Larson o Daisy Ridley.
Durante la convención, Ana de Armas explicó que ha trabajado duro en este papel: "Tuve que entrenar durante cuatro meses, trabajar las coreografías y practicar con las armas hasta sentirme cómoda". Admitió también que ha sido incluso más difícil que cuando se preparó para su papel en la saga de James Bond, pero que al mismo tiempo lo ha disfrutado mucho. "Han sido escenas largas de mucha acción, pero cuando lo logras es genial, te sientes poderosa".
También quiso dedicarle unas palabras de cariño a Keanu Reeves, cuyo nivel de participación por el momento no está claro en esta entrega de John Wick. "Ya había trabajado con él antes y ha sido una reunión mágica. Cuando le conocí yo no hablaba inglés y haber podido conversar ahora es genial. Es una de las mejores personas que puedes tener en el rodaje".
Durante esta escapada a Brasil, la protagonista de El Internado también ha lucido otros conjuntos durante las diferentes promociones. Sorprendía en el club de fútbol Palmeiras con una versión casual del traje, apostando por unas bermudas cortas y una americana en tono marfil de Louis Vuitton, sello del que es embajadora, junto a unas zapatillas blancas de Celine.
Aunque fue en la ciudad de Los Ángeles donde su carrera comenzó a despuntar de manera internacional, Ana de Armas decidió marcharse hace dos años para poder disfrutar de una vida más tranquila. La atención que recibía por parte de los medios, especialmente tras su ruptura con Ben Affleck en 2021, se volvió "horrible", según contó en una entrevista con la edición estadounidense de Elle. "Todos queremos tener la oportunidad de construir nuestro espacio seguro. Yo he encontrado un hogar en el que puedo resguardarme y llevar allí solo a quien yo quiero que esté conmigo". La intérprete vive ahora en una zona rural de Vermont, rodeada de naturaleza y junto a sus perros.