Este 2024 se cumplen dos décadas de las películas que supusieron un antes y un después en la vida de Emmy Rossum. La actriz protagonizó en 2004 El día después de mañana y la adaptación de El fantasma de la ópera junto a Gerard Butter, dos títulos con los que alcanzó la fama internacional. Aunque fue el papel de Fiona en la serie Shamless el que consolidó su trabajo en televisión, pues ha sido el proyecto que durante más tiempo ha grabado con un total de nueve temporadas. Tras la marcha de la exitosa ficción, la neoyorquina ha estado sumergida en otros trabajos, aunque ahora estrena uno de los más especiales.
Y es que además de actriz, también es una excelente cantante. Con tan solo seis años cantó por primera vez en el Metropolitan Opera del Lincoln Center con Plácido Domingo y Luciano Pavarotti. Y durante su infancia participó en diversas óperas como parte del coro infantil. Tanto tiempo después, regresa a los escenarios, aunque de forma diferente, pues Emmy Rossum presenta ahora una obra de teatro.
Se trata de Walder, que estará disponible este otoño en la Gran Manzana bajo la compañía teatral Second Stage Theatre. Un nuevo estreno que el jueves celebraba en la ciudad de los rascacielos con una sofisticada apuesta estilística. Lo hacía con un elegante vestido en color blanco y de corte midi, una apuesta clásica e infalible para esta temporada.
Se trataba de un diseño de tirantes con cuello chimenea y falda de corte evasé que creaba unos sofisticados pliegues. Un diseño de estilo lady que acompañaba con unas sandalias joya también en blanco y un look beauty muy diferente. Y es que la intérprete dejaba a un lado su cabello rizado natural para apostar por un peinado de efecto mojado con melena lisa.
Resulta curioso observar cómo Emmy parece haber encontrado en este tipo de diseños una apuesta triunfadora. Y es que en los últimos meses no ha dejado de apostar por esta silueta para sus citas en Nueva York, demostrando que el vestido blanco midi es un básico al que podemos dar infinitas posibilidades, ya sea introduciendo complementos en cualquier otro tono o prendas que lo transformen, como una sobria americana y vistosas joyas.