Tras ser una de las protagonistas del desfile con el que Victoria's Secret regresaba hace unas semanas, hemos visto a Irina Shayk aparcar el trabajo para disfrutar de unos días junto a la pequeña Lea, la hija que tiene en común con Bradley Cooper. Junto a ambos salía la noche del 31 de octubre disfrazada de Lara Croft por las calles de Nueva York a pedir "truco o trato". Pero el domingo, sin embargo, retomaba de nuevo sus compromisos para viajar hasta Milán, donde acudía a una fiesta en el majestuoso Palazzo Visconti y para la que escogió un look algo inesperado.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Si algo caracteriza el estilo de la modelo es su falta de temor a la hora de innovar o arriesgar. Es frecuente verla prescindir de estilista para escoger ella misma qué ponerse, con conjuntos que en ocasiones dan que hablar. Capaz de plantarse en los British Fashion Awards con un vestido hecho de materiales reciclados o acudir al Festival de Cannes prácticamente en ropa interior, no es de extrañar que sus elecciones susciten interés.
Durante su paso por la capital italiana de la moda, la top rusa sucumbía una vez más a las creaciones semitransparentes con un vestido bañado en pequeños cristales, con bordado de cadenas y finos tirantes.
Se trataba de un diseño nude de la firma Retrofête confeccionado en fino nylon con cadenas de strass y brillos, una creación artesanal que actualmente se encuentra agotada en la web de la marca neoyorquina y que combinaba con una sandalias de fino tacón y tiras que se anudaban al tobillo. Un estilismo al que agregaba el toque athleisure a través de una chaqueta deportiva.
Irina hacía de embajadora en esta velada organizada por la firma cosmética D'Alba, sorprendiendo con esta prenda de chándal con la que sustituía la clásica americana negra. Una chaqueta gruesa en color negro que conjuntaba con su pequeño bolso de tela tipo saco.
No es la primera vez que decide apostar por fórmulas poco convencionales en situaciones que exigen cierta formalidad en su etiqueta. Y es que el pasado año llegaba a la famosa after party celebrada después de la MET Gala haciendo alarde de esta fusión entre lo sofisticado y lo sport, con un pantalón jogger y camiseta básica de tirantes, incorporando también unos botines de pedrería de Jimmy Choo x Timberland, y joyas de diamantes.