"Haga lo que haga, habrá alguien a quien no le guste. Y no pasa nada". Parece un mensaje obvio, pero cuando tienes más de tres millones de personas (3.284.383, para ser concretos) siguiendo todos tus pasos, analizando qué haces o dejas de hacer, y con un altavoz -el de las redes- en el que parece que todo está permitido, mantener esa serenidad no es tan sencillo. Precisamente tranquilidad es lo que María Pombo se ha propuesto lograr a lo largo de los 30 años, una década que inauguraba hace unos días rodeada de sus mejores amigos en un impresionante viaje a Punta Cana; una fiesta que, claro está, han criticado. "Si lo hubiese hecho en mi casa, también hubieran dicho algo", explica.
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Nos encontramos con María en Castellana 8, uno de los nuevos locales de moda de Madrid, donde ha organizado un evento inspirado en el París de los años 70 para presentar sus nuevas joyas para Agatha Paris, todas de estética vintage. Suena El tango de Roxanne de fondo y las copas de champagne dan el toque dorado al terciopelo rojo que decora todo el club, transformado esta noche en un cabaret. Con más confianza en sí misma que nunca y con la sinceridad que suele caracterizarla pero, reconoce, en un momento perdió, María nos habla de sus retos y deseos para esta nueva etapa, nos adelanta qué veremos en la tercerta temporada de su docuserie familiar Pombo, que se estrena este viernes 25 de octubre, y nos cuenta todos los detalles de esta colección no apta para supersticiosos pues la han bautizado Número 13.
FASHION: Bueno, lo primero: felicidades, ¡30 años!
MARÍA POMBO: Muy heavy, 30 años. No sé ni cómo he podido llegar hasta aquí (se ríe). Hace nada tenía 22 y pensaba que me quedaba un montón para los 30. Y de repente, ¡estoy aquí!
Aparte, de los 20 a los 30, es como que tú lo has hecho ya todo…
Todo. Estuve pensando el otro día en todo lo que me había pasado de los 20 a los 30, y dije: “dios mío, ni en mis mejores sueños”. Aunque en realidad sí que lo había “soñado”, lo tenía como proyectado en mi cabeza: ser madre, casarme, tener mi propia casa… Pero miras hacía atrás y te planteas cómo he podido llegar a conseguir todo esto.
¿De qué te sientes más orgullosa de todo lo que has hecho en “los 20”?
Sin duda, de la familia que he formado. Miro a mis hijos y pienso “cómo he podido crear yo esto”. Y, luego, profesionalmente, haber conseguido encontrar algo que me hace feliz. Eso para mí es un orgullo porque no todo el mundo tiene esta suerte, y es un privilegio.
En los 30 años que acabas de inaugurar, ¿qué te gustaría lograr? ¿Qué hay en ese plan del que hablabas para esta nueva etapa?
No sabría qué decirte… El otro día fui a una bruja para que me leyera las cartas y me dijo: “no tienes límites, vas a conseguir lo que te desees”. Así que no quiero limitarme. Entre comillas, ya he hecho “todo” lo que me gustaría haber conseguido hasta los 30… Creo que ahora quizá busco encontrar tranquilidad en todos los aspectos de mi vida, sobre todo profesionalmente. Asentar todo lo que he ido sembrando y ver por dónde quiero seguir.
Parte de tu éxito, algo que has hecho muy bien, es dejarte fluir y atrapar las oportunidades cuando vienen…
Completamente. De hecho, desde muy pequeña, nunca me he agobiado cuando las cosas iban mal. Cuando me decían “no te vas a ir de casa nunca porque sacas tan malas notas…”. Yo lloraba por hacer el show (se ríe), pero dentro de mí no me agobiaba. Siempre he ido a por la oportunidad que surgía y la aprovecho hasta el final. No me he obsesionado con algo y he intentado ir hasta allí, y me he nublado… He ido probando, ¡y también equivocándome! Soy una persona a la que no le importa ni le avergüenza equivocarse. Siempre que me equivoco, saco una lectura buena y un aprendizaje. De hecho, todos los que tienen éxito se han equivocado mil veces.
Decías que, a partir de ahora, quieres disfrutar más del momento. ¿Por qué?
Soy una persona que siento tan afortunada que todas las noches me acuesto pensando en que algo malo va a pasar. Vivo agobiada, de hecho estoy yendo al psicólogo porque es un pensamiento muy recurrente en mi cabeza: “me va a pasar algo malo”, “me merezco algo malo”... Y la psicóloga me dice: “a ver, tienes cosas malas: tienes una madre que está enfermando y no puedes disfrutar con ella de forma natural; tú tienes tu propia enfermedad y no sabes si vas a acabar como tu madre... Tienes cosas en tu mochila que son suficientes. Está bien que seas tan agradecida pero disfruta un poco”. Vivo con ansiedad y a veces tengo ataques de querer llorar de la nada… Necesito disfrutar, pensar que me merezco lo que tengo, porque encima es la vida que me ha tocado vivir. Voy a disfrutarla al máximo.
Esta semana además ha sido muy intensa: tu viaje de cumpleaños, el cumpleaños de tu sobrina y ahijada (Matilda), lanzar esta colección de joyas…
Sí, muy fuerte. Sabía que iba a ser así porque llevo mucho tiempo planeando todo, se me han juntado muchas emociones esta semana… y lo pagaré la siguiente, ¡ahora mismo no puedo! (se ríe) Hay veces que paro y digo “disfruta esto, porque hace un año era solo un sueño”. Creo que deberíamos ir un poco más despacio para vivir cada cosa, aunque es muy fácil decirlo y luego, en una ciudad que va tan rápido como Madrid, cumplirlo es muy difícil.
El colofón a la semana va a ser el estreno de la tercera temporada de tu serie, Pombo.
Sí, y creo que es la primera vez que no estoy nerviosa. En las anteriores decía “¿y si no gusta? ¿Y si decimos algo que no teníamos que haber dicho”. Ahora me he sentido tan cómoda y soy tan yo, que si no gusta, es porque yo no gusto, no porque he intentado falsear una persona… Nos sentimos todos comodísimos. Soy yo en esta temporada.
Será una cuestión también de que tienes más seguridad, ¿no?
Creo que me he ido plan he preparando tanto para los 30, pensando en que es un cambio de década y voy a hacer todo que no hecho hasta ahora, voy a mejorar en todo lo que no he mejorado hasta ahora, que ahora estoy diciendo “es que no voy a gustar a todo el mundo, soy así”. Estoy aprendiendo lecciones para implementarlas en esta nueva década y estar más contenta, más segura y más tranquila.
¿Qué vamos a ver de sorprendente en esta tercera temporada?
Las anteriores eran más docureality, pero como ahora ya no hay nada más que documentar, se ve nuestra vida real, nuestro día a día. Y lo que más me gusta es que son cosas que haríamos de verdad. Por ejemplo, el viaje de mi cumpleaños se ha grabado para la cuarta temporada, pero si no hubiera habido cuarta temporada, se hubiese hecho igual. Hay gente que cree que hacemos cosas solo para la serie, pero no es así. Somos muy estrictos en que si algo no lo haríamos en el día a día o no es real, no lo hacemos.
Una de las cosas que más gustan a tus seguidores, sin duda, es esa naturalidad y que eres muy real.
Sí, creo que eso fue una gran parte mi éxito. En un momento de presión como que me hice pequeñita y perdí un poco ese momento de naturalidad. Y ahora estoy en un momento en el que quiero empezar a dejar de sufrirlo, y a entender que, haga lo que haga, a alguien no le voy a gustar. Con mi cumpleaños me han criticado un montón por hacer un plan un poco "extraterrestre", que tienen toda la razón, pero si lo hubiese hecho en mi casa, también hubieran dicho: “claro, como no le pagan, no hace ningún plan porque solo hacen cosas si les pagan”.
Tengo que meterme en la cabeza que, haga lo que haga, va a generar diferentes opiniones. Y lo entiendo y no pasa nada. Tengo que dejar de pensar tanto en el resto, y pensar si en el futuro diré: “qué bien haberme ido de viaje con mis amigos”, “qué bien haber grabado un documental con mi familia y poder verlo dentro de muchísimos años con mis nietos”... Quiero no arrepentirme de las cosas que hago cuando estoy segura de hacerlas.
En esta nueva temporada, según se ve en el tráiler, aparece una crisis que habéis tenido Pablo y tú. ¿Por qué crees que es algo que debes mostrar?
Es algo que estaba deseando tener la oportunidad de contar. En redes es muy difícil. Muchas veces he estado a punto de publicar: “estoy cabreada con Pablo y no nos hablamos desde hace dos días”. Pero después lo he borrado porque en Instagram es muy complicado explicarlo bien. Con unas cámaras en tu casa, sin embargo, puedes contar una historia que tenga un hilo y se entienda. La crisis, en realidad, fue cuando estaba embarazada de Vega y cuando nació, y hoy, según la gente, “seguimos en crisis”. Una vez lo cuentas, ya no sales; eso es un poco faena y si, por ejemplo, te ven por la calle enfadados o menos cariñosos, ya hablan de crisis. Yo con Pablo me enfado 10 veces al día porque es normal cuando convives.
Es importante contarlo porque, de verdad, no conozco a ninguna pareja, famosa o no, que no tenga problemas a diario. Es una convivencia, me pasaba con mis hermanas también. Una convivencia es complicada y maravillosa a la vez. Quiero que la gente tenga claro que, por mucho que no estemos en crisis, me sigo peleando y me sigo amando con él. Y así es la vida, y si en un futuro, en cinco años, me separo, dirán “es que era todo falso”. Pues no. Por ahora, hemos tenido dos hijos, hemos superado una crisis y estamos fenomenal. Hace como 4 años que no discutimos por algo nuestro, de pareja. Es más que he dormido mal y estoy cansada, o él está cansado, o tenemos estrés en el trabajo, o me han criticado, entonces estoy borde y lo pago con él…
¿Te siguen afectando mucho las críticas?
Sí que hay momentos en los que me afectan más de la cuenta por cómo esté yo anímicamente, físicamente o si estoy cansada, por ejemplo. Y con la primera persona que lo pago es con él, y él igual conmigo. Eso son cosas que van quemando. Pero si te sientas y dices: “a ver, ¿qué está pasando? Esto no es lo importante y lo que sí lo es, lo que me gusta de él, sigue ahí”.
En el documental apareces también Milan Fashion Week. En el último año has cambiado mucho de estilo, que ahora es mucho más sofisticado. ¿Por qué?
Muchas gracias, qué guay. Estaba un poco estancada, llevaba 10 años en un mismo sitio, como en una rueda que me estaba llevando. Veía a mis amigas que no se dedican al mundo de las redes que cambiaban de trabajo y les surgían nuevas oportunidades, y yo también necesitaba eso, por muy cómoda que estuviera, que lo estaba. Necesitaba aire fresco, tomar un riesgo y tener miedo. Estuve tres meses con miedo, pensando si funcionaría o sería mi fin. Y cuando tienes miedo, es cuando llegas a cosas importantes, ya sean buenas o malas que te enseñen algo. Yo pienso que es bueno tener siempre miedo.
También tu vida había cambiado, empezaste muy joven a trabajar en las redes…
Claro, necesitaba evolucionar. Había tenido dos hijos, no era la misma María que empezó con 19 años. Y necesitaba que ese equipo que me siguiese evolucionara conmigo.
Esta colección de joyas, la número 13 que diseñas para Agatha Paris, también muestra esa evolución.
Es una colección de estilo vintage porque empecé con Agatha en 2017 y siento que ya soy vintage (se ríe).
Te has inspirado en joyas vintage que tú tienes…
Así es. Yo estaba obsesionada con las joyas vintage de mi abuela, de mi madre; con todo ese mundo antiguo. Y la marca está en ese mismo momento porque ha cumplido 50 años, así que todo encajaba para hacer este tipo de colección.
¿Cuál es la pieza más especial que tienes en tu joyero?
Diría que un anillo que “le fusioné” a mi abuela. Lo cogí para mi boda y, como lo tenía que devolver porque no es mío sino de todos los nietos, lo fusioné rapidisimamente en Suárez (se ríe). Y también otra que robé a mi madre en la que nos hemos inspirado para diseñar un anillo de la colección.
¿Cuál es tu pieza favorita de la colección?
No sabría elegir una, pero creo que lo que más voy a usar son los pendientes dorados grandes, tipo chunky. Hasta con ropa de deporte me gusta llevarlos puestos.