Es bien sabido que Blake Lively y Taylor Swift son amigas desde hace años. Mujeres artistas a las que hemos visto compartir sus respectivos logros –como cuando la intérprete de Hollywood se trasladó con su familia a nuestro país para disfrutar del concierto de la estrella del pop en Madrid–, incluso los de sus parejas (el también actor Ryan Reynolds y el jugador de fútbol americano Travis Kelce), algo que dejaron claro en las gradas de la Super Bowl entre el San Francisco y el Kansas City Chiefs, siendo este último equipo en el que milita el novio de la cantante, al presentarse juntas. Una estrecha relación que, por supuesto, también cuenta con citas dobles, como la que tuvieron los cuatro el pasado viernes en Nueva York.
Este 11 de octubre, las dos parejas fueron captadas saliendo a cenar a un restaurante situado en el SoHo. Además del sorprendente encuentro, si hay algo que atrajo la atención de la salida fueron los looks que escogieron tanto Lively como Swift para la ocasión. No es algo nuevo: ambas cuentan con las claves para inspirarnos en términos de estilo tanto en alfombras rojas como en ambientes más relajados, razón por la que no dudamos en analizar sus apuestas en cada una de sus apariciones.
Blake Lively, por su parte, yendo de la mano de su marido, nos cautivó con un total look burdeos, color que está irrumpiendo con mayor fuerza que nunca este Otoño/invierno 2024-2025. Se trata de una configuración liderada por un conjunto vintage en punto y rejilla de túnica con cortes laterales y leggings de Paola Frani. Una elaboración de estética boho con transparencias.
La tendencia que pasa por rendirse ante piezas traslúcidas y/o con aberturas se ha colado en las construcciones más atractivas de la estación y la protagonista de It Ends With Us lo confirma. En lo que a complementos se refiere, sucumbió ante botines con tacón y cordones a tono de Valentino, bolso joya de tweed con cadena de Chanel y collar entrelazado con pedrería.
Taylor Swift, en cambio, abrazó el poder de la lencería con un corsé de rejilla –con estructura visible a contraste– de Gucci que conjugó con una falda plisada de efecto cuero de RTA. Dos creaciones negras que combinó con abrigo de paño en beige con solapas en pico y botonadura dorada de Ralph Lauren, el Saddle de Dior y botines de vertiginoso tacón y plataforma de Louis Vuitton. Dos estilismos tan rompedores como contemporáneos que, sin duda alguna, acogeremos en calidad de invitadas para planes nocturnos que demanden ir a la última.