Buceando por las redes sociales podemos encontrar todo tipo de contenido, desde las prendas virales estilo bohemio que se agotarán en Zara a los trucos que ponen de acuerdo a las expertas en moda que nos resuelven más de un imprevisto. Esta vez, en plena época de celebraciones en las que triunfan los looks de invitada otoñales con capas para sobrevivir a las primeras bajadas de temperaturas, te traemos la solución más fácil para que puedas lucir tus tacones favoritos que tienes olvidados en el zapatero por el temor a terminar cayéndote en el momento más inesperado. Y sí, podrás hacerlo en tus próximas bodas que tengas agendadas.
Tras desvelarte el secreto para comprar taconazos sin equivocarte en el proceso y sin pisar la tienda física, hoy te contamos otra técnica que querrás poner en práctica. Hay tantos tipos de zapatos como imaginamos, pero es uno el que tiene el poder de encajar en casi todos los tipos de estilismos además de jugar con la visión óptica de alargar tu figura (sin olvidar los centímetros de tacón bajo el talón). Hablamos de aquellos zapatos destalonados bautizados como slingbacks (también conocidos como mules sin son bajitos), que se han posicionado como todo un fondo de armario, independientemente de la época del año.
Hemos vivido en primera persona el momento en el que vas caminando, e incluso corriendo para coger ese taxi en medio de la avenida al puro estilo Carrie Bradshaw, cuando la tira trasera termina deslizándose, haciendo que andemos sin ninguna protección, con el tobillo totalmente suelto. Un peligro que puede hacer que perdamos el equilibrio y terminamos con el pie torcido (y en ocasiones incluso con un esguince) en plena calle instantes antes de entrar a trabajar, a una fiesta e incluso a la boda de tu mejor amiga. Por eso, ¡estamos de suerte! Hemos dado con el consejo más sencillo que hará que esto no nos vuelva a ocurrir.
El truco que hemos aprendido
Lo hemos fichado en este doble tutorial de unas usuarias de TikTok que se ha viralizado en los últimos días, ¡y no nos extraña! Porque resulta ser más fácil de lo que pensamos, y no tienes que comprar nada porque ya lo tienes en casa. Tan solo necesitamos atar una goma elástica (si puede ser del mismo color que el zapato, ¡mucho mejor!) en la correa para crear así una pulsera improvisada que rodeará tu tobillo para mayor sujeción. Y como podrás comprobar, queda mejor siempre y cuando lleves unos pantalones largos o un vestido para que no este tip casero no se desvele ante los ojos ajenos. Pero si quieres darle un twist, también podrás hacerlo con un lazo, customizando así el calzado con una versión improvisada mucho más romántica y femenina.