Sucumbir ante el poder de las transparencias continúa siendo un gesto que abrazar cuando se busca despuntar en términos de estilo. Y así lo ha asegurado Irina Shayk en el marco de la Semana de la Moda de Milán. La modelo rusa se ha trasladado hasta la ciudad italiana para demostrar, una vez más, que si hay alguien capaz de lucir en clave elegante las tendencias más arriesgadas de la industria, ella es. Y lo ha hecho asistiendo a un evento con un vestido transparente, pieza que, inevitablemente, nos ha hecho recordar las lecciones que dejó al acudir casi en ropa interior a una fiesta organizada el año pasado en Cannes.
En La Croisette sorprendió con un estilismo nada apto para mujeres discretas, pues se enfundó en una creación totalmente traslúcida que defendió con un set de lencería decorado con logomania, sin embargo, la que llevó ayer es perfecta para quienes buscan aprovechar las ocasiones especiales para salir de su zona de confort sin tener que dejar todo su cuerpo al descubierto. Para la ocasión, se hizo con una confección de tirantes con un gran escote y falda larga de Alberta Ferretti. Prenda con capas de encaje, pliegues y zonas opacas que hacen que el lanzamiento crezca en versatilidad.
Shayk ha vuelto a dejar a un lado las propuestas más tradicionales para advertirnos que los vestidos transparentes seguirán dando de quñe hablar este Otoño/invierno 2024-2025, ganando terreno con una esencia muy seductora con la que pocos cuentan. Pero, ¿cuál es la mejor fórmula para rendirnos ante la idea de dar visibilidad a nuestra tez? Sin duda alguna, aquella que pasa por emular el look de la top.
En lo que a complementos se refiere, se subió a unas sandalias de tiras gruesas con incrustaciones brillantes a tono, calzado que elevó al máximo una opción festiva con ciertas dosis de delicadeza y romanticismo. Tampoco pasó desapercibida con su apuesta beauty. Irina Shayk deslumbró en la capital con una melena lacia y un impecable rostro glow con labios burgundy como los absolutos protagonistas.