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El 'menos es más' es una filosofía que lleva triunfando en moda desde hace décadas: defendida por la mismísima Coco Chanel, este 2024 hemos visto cómo el minimalismo se apodera de supertendencias como el lujo silencioso. Y es que como dijo precisamente la icónica diseñadora francesa, “la elegancia no consiste en ponerse un vestido nuevo”, sino en saber cómo llevarlo. Y en ocasiones la prenda más sencilla puede convertirse en un auténtico lookazo si sabemos cómo jugar bien con los accesorios, especialmente si hablamos de un look de invitada.
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Es lo que parece haber puesto de acuerdo a dos mujeres con armarios de lo más inspiradores. Este fin de semana la marquesa de Griñón pasaba un día de verano en la ciudad, escogiendo para cenar un conjunto con pantalón básico de traje en color blanco, un diseño de su propia firma, TFP by Tamara Falcó, que conjuntaba con una blusa de escote en pico en azul marino. Pero lo que nos llamó especialmente la atención era la manera de combinar ambas prendas: añadiendo un toque dorado a la combinación a través de sus sandalias de tiras, que acompañaba con unos originales maxipendientes que ponían la guinda a esta sofisticada elección.
Con forma de flor confeccionados en tejido de rafia sobre acero chapado en oro, los que lucía la hija de Isabel Preysler eran el modelo Cassandre de la firma francesa Sézane (60 euros), una vistosa pieza que parece incorporar últimamente a sus looks, pues hace tan solo unos días repetía la misma fórmula en París. Lo hacía durante una escapada a París junto a su marido Íñigo Onieva para celebrar su aniversario de boda. Allí optaba por un total look oscuro, al que daba un toque diferente con unos pendientes florales de grandes pétalos dorados.
Una forma fácil de transformar estilismos monocromáticos que parecía poner en práctica también este fin de semana Sara Carbonero. La periodista se enfundaba en un vestido largo de lino de escote en pico y cuello halter, un diseño de Zara que completaba con unos grandes pendientes ornamentados de nuevo en dorado.
En el mismo tono brillante eran los que elegía en febrero para festejar su 40 cumpleaños, con un vestido a medida confeccionado en crochet e inspirado en el que Jane Birkin lució a finales de los sesenta, con un broche metalizado en el escote a juego con sus pendientes, al igual que los de Tamara Falcó, en forma de flor. Se trataba de una creación de la firma Agatha Paris bautizada como Bloom (79 euros) y elaborada en oro de 18 quilates. Sin duda un accesorio al que podemos sacar mucho partido en temporada de bodas de verano, pues resuelve con gracia un look de invitada.
