Hace casi una década que Zendaya debutó en la MET Gala con un vestido amarillo del diseñador chino Guo Pei, allá por 2014, y ahora, coronada como una de las invitadas más esperadas de la glamurosa alfombra roja, ha llegado deslumbrado a los paparazzi y arrancando los vítores y los aplausos de los fans a su paso. Dejando a un lado la estética que ha lucido hasta hace unos días promocionando su última película, Challengers, la que es anfitriona del evento junto a Jennifer Lopez, ahora aparece estrenando el que es uno de los looks más impresionantes e inesperados de su carrera.
Como cada primer lunes del mes de mayo, las personalidades más influyentes del panorama acuden a la exclusiva fiesta que nos deja momentazos únicos como el que ha protagonizado la actriz de Oakland. Siguiendo la temática de esta edición, The Garden of Time, inspirada en el cuento de J.G.Ballard del mismo título (1962), ha aparecido enfundada en un ceñidísimo traje de corte sirena, tirantes asimétricos (uno caía sobre su hombro), escote corazón y voluminosa falda con una pequeña cola. ¿Quién lo firma? La histórica firma de costura Maison Margiela, bajo la batuta creativa del mítico genio de la aguja del británico John Galliano, artífice de algunos de los vestidos más recordados del último siglo.
Y en esta ocasión ha vuelto a crear una de las alianzas FASHION de las que se seguirá hablando tiempo después. Lejos de las especulaciones que los amantes de la moda habían hecho sobre el vestido que llevaría Zendaya, por fin hemos podido comprobar que es la reina de las sorpresas. Un diseño de lo más fotografíado y teatralizado que juega en un azul precioso petróleo con gris muy oscuro que forman un estampado de rayas rodeando su esbelta silueta, ¡está impresionante!
No solo destaca la gran lazada sobre un hombro que continúa tras su espalda, también los pequeños detalles que se asemejan a una fruta, ¿son racimos de uvas? ¡Sí! Creados a partir de divertidos abalorios en un acabado metalizado, le rodean el brazo y la cintura creando un resultado espectacular. Nadie lo imaginaba, pero es el guiño más oscuro (incluso nos recuerda a una villana de Disney) que ha querido hacer a la novela que inspira a los invitados en esta mediática velada.
El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York ha sido testigo de este instante en el que una vez más la moda y el teatro se han unido dejándonos sin palabras, y su estilista Law Roach (el más querido por el mundo del cine) ha sido el artífice de ello. En cuanto al maquillaje, la veinteañera no ha dudado en arriesgar luciendo unos llamativos ojos en los mismos tonos que el vestuario, finísimas cejas que recuerdan a las que caracterizaba a la intérprete hollywoodiense Marlene Dietrich, labios muy oscuros con toque brillante y un fino tocado de redecilla a la cabeza que culmina con una larga pluma, y bajo el atuendo llevaba unos altísimos tacones de Christian Louboutin. Las joyas, de oro con diamantes y esmeraldas, son creaciones de Bvlgari, firma de la que es embajadora.
El segundo look
Horas después de dejar la alfombra roja, Zendaya ha vuelto a aparecer sobre las escaleras, ¡con un cambio de look! La que comparte papel de anfitriona con JLo, ha decidido sorprender a todo el mundo luciendo un vestido totalmente diferente. Acompañada de su hada madrina, ha llegado enfundada en un diseño vintage de la colección Alta Costura Primavera/Verano 1996 de Givenchy, la época breve en la que John Galliano estaba al mando y tomó las riendas del legado que dejó Hubert de Givenchy antes de que llegara el turno de Alexander McQueen. ¿Por qué es importante esta elección?
Porque resulta ser la primera línea Haute Couture que el inglés creaba en su carrera, y tener la posibilidad de haberlo sacado a la luz tras años y años guardado, ¡es memorable! Con un corsé de inspiración histórica, el escote Bardot supertendencia que deja los hombros al aire y una voluminosa y amplia falda negra, así ha impacto la artista con este repentino cambio de ropa que ha completado con un divertido tocado que simula un ramo de rosas de colores, obra del sombrerista irlandés Philip Treacy que creó para el desfile Primavera/Verano 2007 de McQueen. También este segundo estilismo ha ido acompañado de joyas de Bvlgari: pendientes largos y anillo de platino y diamantes.