Zendaya y Law Roach caminan de la mano con un único objetivo: dejarnos sin respiración a cada paso con los estilismos de la intérprete estadounidense. La protagonista de Rivales continúa de gira promocional. Con motivo del estreno de su nuevo proyecto, ha recorrido numerosos países dejándonos claro que si existe una tendencia capaz de dominar en estos momentos el globo terráqueo en términos de estilo es el tenniscore. La indumentaria que habitualmente se defiende en la pista de juego ha dado un gran salto a las calles gracias, en parte, a las influencias de la actriz. El uniforme clásico del tenis es, ahora, sinónimo de elegancia, sofisticación, deportividad y clase. Sin embargo, no solo nos ha invitado a sucumbir ante dicha corriente old money durante la promoción, también nos ha animado a rescatar uno de los looks más memorables de Sexo en Nueva York.
En Londres, la estrella que se ha convertido en un auténtico fenómeno de la Generación Z, volvió a adueñarse del ojo mediático con un conjunto bajo la firma de Vivienne Westwood con el que más de una se pondrá nostálgica. Si hablamos de las construcciones que más dieron de qué hablar en Sexo en Nueva York no podemos no mencionar la minifalda que llevó Carrie Bradshaw, perteneciente, también, a la casa británica.
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El personaje de Bradshaw causó sensación a los espectadores al combinar un modelo en satén verde con detalles de plumas en la parte posterior con camisa blanca de corte básico y sandalias de tacón. Zendaya, por su parte, ha querido reinterpretar la emblemática propuesta con un dos piezas de archivo de estética punk, formado por chaleco a rayas y falda en versión mini a juego, de la colección de Primavera/verano 1994.
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En lo que a calzado se refiere, optó por unos zapatos tipo salón completamente blancos. Y en cuanto a la elección beauty, volvió a sorprender con cabellera rubia, esta vez, recogida en una coleta alta con ondas y flequillo denso que enmarcaba el rostro de la también bailarina.